08 julio 2006
Una entrevista con Jon Juaristi
En una entrevista que publica la revisa Letras Libres en su número de junio pasado, Jon Juaristi hace, con la lucidez acostumbrada, un excepcional análisis del camino recorrido por el nacionalismo vasco desde su nacimiento, vinculado al carlismo y el más crudo españolismo tradicionalista (Dios, Patria, Rey), hasta la actualidad. Como ya comentamos por aquí en su momento al referirnos a La materia de Andalucía tan magníficamente diseccionada por Enrique Baltanás, la vinculación del origen del nacionalismo que nos asuela con la literatura romántica se da también en el caso vasco, en el que el antiliberalismo, el temor a la democracia y a la modernidad se constata de forma especialmente clara. Como en el nacionalismo vasco, también en el nacionalismo andaluz hay una vinculación muy estrecha con la esencia de lo español. Si en el caso vasco esa relación se sustancia a través del tradicionalismo político más reaccionario, en el andaluz la sinécdoque se funda en el folclore. Y, aunque de forma difusa, el camino seguido por el nacionalismo andaluz tiene preocupantes notas de convergencia con el vasco. Del españolismo más racial al antiespañolismo más crudo (que hoy expresan por ejemplo grupos tan delirantes como Nación andaluza) los pasos se van dando uno tras otro. En Andalucía no tenemos (de momento) una lengua propia que pueda actuar como amalgama y revulsivo nacional de carácter sentimental y fácilmente manipulable, pero sí están los agravios históricos y las señas de identidad que tan finamente (es un decir) se encarga de hilar el proyecto de Estatuto y que en las manos adecuadas no tardaría en convertir el milenario solar andaluz del mestizaje y el encuentro en un hostil territorio de boinas encasquetadas y goma-2. Ya se encargarían los descarriados de activar los detonadores.
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5 comentarios:
la otia Arhantonio , masho. ¿onde hah sacao al Huan Porrah eze, er organizaó der ebento?
Estaba leyendo tu artículo con la ya familiar sensación de impotencia y delirio que comienza a carcomerme cuando me doy de bruces con la palabra "delirante" referida a Nación Andaluza. Me voy al número 46 y vuelvo pensando, al leer el artículo "Kronika lihera de la II Hunta d´ehkritoreh en andalú", que por error me he metido en Gara o algo por el estilo. Lo pienso. ¡No puede ser, si yo no se vasco y me ha parecido entender algo!.
Paszhmao (que ya no se si se escribe así o no) me he quedado pazhmaoooo (dialecto provincial). Juro que no tenía conocimiento de que la estupidez hubiera salido tanto más allá de las fronteras de San Telmo. Y, encima, tienen faltas de ortografía porque vamos, si aceptamos que "el", en andaluz, se escribe "er"; "del" debería escribirse "der" y no decir "organizaó del evento".
¡Que aprendan a escribir en condiciones antes de dar ledsiones dandalú, oño!
Vamos mal, Argantonio, y encima no podemos ni siquiera ayudar a la criatura esta que, seguro, se ha tirado unas cuentas horas para escribir algo así de manera conbinsente y revisando continuamente la ortografía.
Me disculpo por el tono de mi comentario sobre Huan Porrah.
Yo soy andaluz, de una de las provincias que peor hablan el español. He vivido en Valencia y Madrid sin sentir vergüenza alguna por pedir una servesa. Cuando el camarero no me entendía o notaba un deje de cachondeo, pedía un tubo sin rubor alguno. Así se jodía el mamón. Pero me ha costado muchísimo "leer y entender" el artículo de Huan en Nación Andaluza.
Nunca me he sentido más indefenso que en aquellos lugares en los que no puedo comunicarme con las personas. En París, en la aduana del aeropuerto pasé un momento de angustia por una pistola que mi mujer le había comprado a mi hijo en Disney y que iba en el equipaje a mano. El juguete estaba fabricado en España y los policías sabían de donde veníamos, pero en la pantalla se veía un pistolón del 45 especial.
Mucha atención he tenido que poner para entender a Huan, yo soy andaluz y no me ha resultado para nada familiar esa escritura. Al contrario, me produce una sensación de imposición artificial. No es que no me sienta "identificado", es que me da pavor que me identifiquen con algo así porque, para mí, la palabra es para entenderse no para dividir o distinguir.
Hace años, en donde vivo ahora, un viejo inglés me preguntaba por el tren. Segundos de azoramiento. Me dijo: chuf, chuf…Allí, señalé automáticamente con el brazo. Estábamos enfrente, yo me sentí como Colón y rompimos en carcajadas. El viejo inglés y yo.
Ya enlacé en su momento con esta página der Porra y der Reondo. Se trata simplemente de un intento de unificación de las distintas modalidades de habla que se dan en Andalucía, un esfuerzo (ridículo, inútil y peligroso) de normalizar las hablas para obtener un idioma claro y distinto, un poco a imagen y semejanza de lo que se hizo en el País Vasco a principios de los 70 con el euskera. Allí, al fin y al cabo, se normalizaron las ditintas modalidades de lengua euskara para obtener una ortografía y una gramática comunes. Aquí lo que se pretende es crear algo nuevo a partir del castellano, que ya tiene su ortografía y su gramática claras y distintas.
La escritura no deja de ser una convención. La unidad de la ortografía y de la gramática del lenguaje escrito es garantía de que los hablantes de español podemos entendernos aunque nuestras hablas sean muy diferentes. Cada cual utiliza la modalidad de habla de su entorno, y la garantía de que podamos entendernos con hablantes que emplean modalidades distintas a la nuestra es la existencia de reglas comunes a las que podemos remitirnos. Eso es también loque gaantiza la transmisión fiel del conocimiento.
Estos, en su delirio nacionalista, no se dedican a hacer un trabajo de recogida de las distintas modalidades fonéticas de habla, que sería algo muy valioso, sino que buscan la unificación ortográfica para la segregación de un supuesto dialecto andaluz del tronco común del castellano hasta derivar en un idioma propio y distinto. Son como niños con una kalashnikov en las manos.
Eso de la "lengua propia" de un territorio... es una falacia que suele dar en peligrosa... Pero puestos a hablar de lenguas propias, ¡claro que Andalucía la tiene!: es el español...
Copio de http://cuadernodelengua.com/cuaderno30.htm lo siguiente (el político al que se alude es Maragall, y sus declaraciones son del verano del 2004):
"Porque si hay que pensar en el español como en una propiedad, la forma que ésta tendría sería la de un condominio, la de un patrimonio que pertenece por igual a todos sus hablantes (pero cuyo usufructo, como hemos visto, no se puede negar a quienes no lo son). Así, la lengua española es tan de Temuco, en Chile, como de Bucaramanga, en la Colombia santandereana, o de la capital del Chiriquí panameño, David; tan de Culebra, en Venezuela, como de Isla Culebra, en Puerto Rico, y de la Sierra de la Culebra, en Zamora, España; tan de Mendoza como de Manila, Manzanillo, Malabo, Miami, Mondoñedo, Matagalpa o Mazatlán; tan de Uruguay como de El Salvador, tan de la República Dominicana como de Bolivia, tan de Estados Unidos como del Perú, tan de...
¡... de Andalucía también, sí!, aunque este verano un político catalán haya asegurado, junto con otra porción de cosas más o menos graciosas, que Andalucía "no tiene lengua propia" [5]. ¡No la va a tener! Es el español, por supuesto, pero no por ser la lengua natural de esa región (esto carece de sentido), sino porque sus habitantes la hablan mayoritariamente, y por tanto constituye -siguiendo con la metáfora- una propiedad suya. Claro que lo que el político quería decir (y lo expresaba mal) es que Andalucía no cuenta con una lengua "distinta de la común española". Y así venía a revelar su peculiar concepción de "lo propio": algo así como "lo que es mío y de nadie más" o "lo que es mío y diferente de lo de los demás".
Sin entrar ahora en el hecho de que el catalán, respecto a Cataluña, tampoco encajaría en esa definición, lo que está claro es que la lengua española no deja de ser propia de todos los que la poseen por el hecho de que la compartan: no por constituir un patrimonio de muchas personas de pueblos y países distintos, deja de pertenecerle a cada uno de ellos. Y por esto mismo, no tiene sentido que ninguno se arrogue su posesión exclusiva o preferente y se sienta con más derecho que los demás a emplearla, promocionarla e incluso explotarla como mejor le parezca."
"de una de las provincias que peor hablan el español."
¿Que peor hablan?. No sé de donde eres, sinceramente, pero eso de peor no me lo creo. ¿Por qué peor y no diferente?
Yo seseo, se podría decir que mi acento es fuerte, pero no por ello considero que no sepa hablar. Al contrario, si quisiera podría hablar correctamente (por decirlo de alguna forma)pero no me apetece. La razón es muy sencilla, hablar como un castellano me resulta artificial, fingido. Desde que nací, las personas que me rodean hablan distinto y no por ello peor, es simplemente su habla, su manera de expresarse, heredada de su padres y así sucesivamente. Yo les entiendo perfectamente, así que no hablarán tan mal.
Y qué quieres que te diga. He viajado por el resto del estado, y al igual que tú, no he sentido vergüenza alguna por hablar en andaluz. Al contrario, se podría decir que me convencía poco a poco, que un andaluz con un castellano, madrileño o asturiano, poco tiene que ver, sólo en el idioma y hasta en eso se hacen distantes.
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