07 marzo 2007
Una realidad nacional imparable
Tanto es así que ayer hubo dos noticias que se le colaron a Manolo antes de que pudiera meter las tijeras. La primera es que un informe de Funcas revela que Extremadura, comunidad autónoma vulgaris, sin pedigrí alguno, ha superado ya a la Realidad Nacional Andaluza en renta y convergencia con la UE. En indicadores económicos relevantes, la RNA se pone a la cola del Estado español (antaño, España). Dando 100 puntos a la media española, la RNA está en 79,25, algo lejos de los 129,10 de Madrid, la verdad, pero ya sabemos todos que allí no hay ni playa ni Rocío, que se jodan los madrileños.
La segunda es que Cecé de Cabra dice ahora que ni mijita, que de cuándo dijo ella que la titularidad del Museo de Bellas Artes de Sevilla iba a ser transferida a la Junta de la RNA, que entonces a qué se va a dedicar ella entre capítulo de Pixie y Dixie y concierto de los Mojinos Escozíos, que de cuándo iba a poder venir ella a la capital de la RNA como una emperatriz visitando las colonias si le quitan su Museo. Aquella cosa de la transferencia fue su idea, pero cuando gobernaba el PP, que no se enteran estos fachas de mierda.
19 febrero 2007
La democracia secuestrada
En tiempos de Aristóteles no existían los partidos políticos, por lo que el filósofo macedonio no pudo ocuparse de la forma de corrupción de la Democracia que nos aflige hoy, la Partitocracia, nuestra particular forma de Demagogia (con mucho de Oligarquía y, si mi apuran, hasta su gramito de Tiranía). En procesos como el del Estatuto andaluz, que, como se sabe, culminó patéticamente ayer, la Democracia española muestra su bajísima calidad. La soberanía nacional, que no es otra cosa que la soberanía de los individuos, ha sido literalmente ocupada por estructuras creadas para acceder al Poder y permanecer en él al precio que sea. Los partidos han dejado de ser la forma legítima de canalización de la participación política de los ciudadanos en la gestión de sus problemas, como proclama la Constitución del 78, para convertirse en sectas cerradas que gestionan a su antojo los asuntos públicos entre la indiferencia general de una sociedad acomodada, adormecida, pasiva receptora de los mensajes oficiales, que llegan reproducidos y amplificados por un impresionante aparato de propaganda, controlado en gran medida con dinero público. Regidos por auténticos profesionales de la política, que han hecho de la representación del ciudadano su única forma (muy cómoda y ventajosa, por otro lado) de vida, los partidos que alcanzan el poder generan por doquier (sobre todo, en el ámbito regional y local) redes clientelares, sujetas a múltiples mecanismos de subvención y reproducción, y lealtades inamovibles, ya que vinculadas al disfrute de cargos y prebendas, que los hacen (a los partidos) impenetrables al control real de la ciudadanía y garantizan la perpetuación de su oligarquía dirigente en unos cargos cuya representatividad real tiende a cero.
Todo el entramado se apoya en un sistema electoral de listas cerradas que debilita la relación entre el elector y el elegido hasta hacerla por completo irrelevante, lo que provoca la ausencia real de representatividad democrática. En esta situación, las elites dirigentes de los grandes partidos reparten premios y castigos entre sus militantes antes de cada convocatoria electoral, de modo que sólo los sumisos a la línea oficial tendrán acceso a las listas, luego a los cargos, en una tupida red de intereses que genera una auténtica selección natural negativa, una especie de polpotización de la vida interna de cada partido, que margina a las personalidades más relevantes por incómodas y prefiere la indigencia intelectual y ética de una inmensa tropa de aprovechados y pesebristas, convertidos en auténticas máquinas de repetición de consignas y sujeción de voluntades.
En estas condiciones, y con la excusa del bien público, Chaves y el PSOE andaluz pueden poner en marcha un proyecto como el del Estatuto andaluz, cuya finalidad última no es sino arropar el nuevo proceso constituyente abierto por el PSOE nacional y, a la vez, aumentar el poder de la Junta de Andalucía, y no la autonomía de los ciudadanos, como falazmente se trata de hacer creer, con la garantía absoluta de que su palabra será ley. En una demostración más de la desfachatez de sus designios, Chaves (y la voz de su amo, Luis Pizarro, secretario de organización del partido en la región, o sea el Pepiño andaluz) puede llegar a afirmar que da lo mismo que los ciudadanos no conozcan el Estatuto que tienen que votar (el mismísimo Pizarro se permitió afirmar el viernes por la tarde que ellos calculaban que tal vez el 80% de la población no tenía ni idea de qué iba el Estatuto), porque en el fondo los andaluces intuyen que se trata de una coyuntura histórica y que ante esa coyuntura hay que votar Sí, que es lo que dice el Partido. Tan baja calidad tiene nuestra democracia que este desprecio a la capacidad crítica del ciudadano no encuentra apenas respuesta en una prensa anestesiada y parcial hasta el límite de lo ridículo (Joly esperará cobrar por los servicios prestados). Pero el desprecio va aún más allá. Cuando, ante esta coyuntura histórica casi el 64% de los ciudadanos decide abstenerse, la respuesta de los dirigentes es que quizá los ciudadanos tengan que reflexionar, y que la alta abstención es producto de un exceso de confianza ante la abrumadora aceptación del proceso puesto en marcha. Es necesario ser desvergonzado.
Tan baja es la calidad de nuestra democracia que no hay límites de participación en los refrendos para considerarlos válidos, por lo que, y en espera de lo que pueda decir el Tribunal Constitucional (tan baja es la calidad de nuestra democracia que se suprimió el recurso previo de inconstitucionalidad incluso para las leyes orgánicas sometidas a consulta popular, con lo que se crea un conflicto irresoluble entre voto popular y poder judicial, limitándose gravemente la eficacia de la división y el contrapeso de poderes), el documento sobre el que ayer se pronunció aproximadamente uno de cada tres andaluces se convierte en el marco legislativo de la comunidad. Toma ya.
En estas circunstancias, la lamentable actitud del PP de Javier Arenas se revela en toda su magnitud. Todavía hay quien piensa hoy que Arenas acertó al renunciar a la confrontación, pues una pugna electoral con el PSOE habría aumentado la participación y dado mayor legitimidad al Estatuto. Los que así opinan parecen olvidar que los partidos no deberían existir como máquinas de calcular las posibilidades de acceso al poder, que es lo que hizo Arenas, poco menos que arrastrándose para ver si podía meter la cuchara en las migas que reparte Chaves desde San Telmo. Arenas renunció a explicar las razones que comparte la mayor parte del electorado del PP para negarse a apoyar el proceso de reformas estatutarias abierto desde el Gobierno de la nación. Prefirió huir hacia adelante, refugiándose en una cínica formulación retórica de rancio nacionalismo español, que Chaves recibió con los brazos abiertos, pues le sirve de coartada perfecta para reclamar veinte años más de confianza en su saber omnímodo. Que no se esconda. Javier Arenas, y con él el PP que lo respaldó, en Sevilla y en Madrid, ganándose de camino la desafección de mucha gente que, sin entusiasmo, había elegido su opción electoral como única alternativa real al régimen de Chaves y al zapaterismo rampante, es tan responsable como el Presidente de la Junta del bodrio aprobado ayer. Encima ahora tendrán que soportar (lo hacen de hecho ya) las descalificaciones y los insultos de rigor por su poco entusiasmo estatutófilo. Y mientras los grandes partidos se dedican a estos juegos indignos, nuestra democracia sigue en sus manos, secuestrada.
18 febrero 2007
Las razones de un NO
Yo pienso despachar el bodrio estatutario andaluz con un olímpico NO. Y lo haré por las razones que a continuación relaciono:
Porque los andaluces lo último que necesitamos es que la Junta tenga todavía más poder. ¿Autogobierno? El de los individuos.
Porque, como persona individual, yo no pertenezco a ningún pueblo, a ningún ente colectivo con voluntad superior ni distinta de la mía propia. Ni tolero que ningún gobernante se permita decirme lo contrario.
Porque se trata de un texto teleológico, que pretende imponernos valoraciones morales y fines colectivos a los individuos utilizando nuestro dinero y la fuerza coactiva del estado.
Porque ignora la gramática elemental.
Porque participa de un fundamentalismo democrático que consiste en creer que por mayoría se puede decidir lo que hago yo en mi casa a la hora de comer. Cuando la democracia liberal consiste precisamente, más que en un método para elegir a los gobernantes, en hacer que esos gobernantes tengan unos límites.
Porque no introduce frenos en el poder despótico al que por definición tienden los gobiernos.
Porque apela a conceptos emocionales y de naturaleza tribal como un supuesto esencialismo andaluz, identitario, pordiosero y victimista, en base al cual los gobernantes pretenden decirnos a los ciudadanos qué música nos tiene que gustar, cuál nos representa o cuál tiene que ser nuestra identidad.
Porque continúa farsas grotescas como la llamada deuda histórica, cuya existencia niego y que, como liberal y como andaluza me avergüenza, pues jamás he confundido ni a las territorios con los individuos –que es a los que se nos roba a base de impuestos- ni el orgullo con la mendicidad.
Porque eleva a rango estatutario todos los ridículos tópicos progres, desde la idiotez siniestra del “desarrollo sostenible” hasta la llamada ideología de género (cualquier persona con mínimo de alfabetización sabe que géneros hay el masculino, el femenino, el neutro y el epiceno, y que lo otro son sexos) pasando por el multiculturalismo, el rancio pacifismo de guardarropía o la cruzada laicista.
Porque contribuirá aún más al deterioro de la enseñanza, y la sustitución de la instrucción por adoctrinamiento político.
Porque dinamita la igualdad ante la ley –la única que es legítimo perseguir desde los gobiernos-, estableciendo numerosas discriminaciones o privilegios (etimológicamente, leyes hechas para unos pocos) de las cuales no es la menos importante la existencia de cuotas femeninas, algo insultante para la mujer, contrario a la meritocracia y a la libre empresa y contraproducente para la productividad.
Porque, con cinismo insuperable, predica simultáneamente un supuesto deseo de contribuir al desarrollo económico de Andalucía y las recetas redistributivas, planificatorias y socialistas que lastran e impiden ese desarrollo.
Porque todo el texto consiste básicamente en una retahíla de agresiones contra los verdaderos derechos, los éticos, los naturales, los pre-existentes al Estado y ejercibles por todos simultáneamente sin necesidad de violentar los del prójimo, como son la vida, la libertad y la propiedad.
Porque convierte lo que fueron derechos negativos de los individuos en facultades de los gobernantes para ejercer un poder omnímodo sobre la vida de la gente.
Porque es colectivista, intervencionista y totalitario, valga la redundancia.
Porque consagra una Andalucía subsidiada, estatólatra, intervenida hasta los tuétanos por el poder político, en la cual el número de funcionarios, de paniaguados públicos y de redes clientelares varias no puede hacer otra cosa que aumentar.
Porque desafía a la soberanía nacional al pretender que un poder delegado como es una comunidad autónoma pueda decidir por sí mismo los criterios de las inversiones del Estado, o que pueda enviar conseguidores políticos a los organismos internacionales.
Porque lo de la realidad nacional es un chiste propio de las chirigotas del carnaval gaditano.
Porque Chaves miente como un bellaco cada vez que dice que la soberanía reside en el Parlamento andaluz. Con la Constitución del 78 en la mano, aquí no hay más soberanía que la soberanía nacional, la de la Nación española, que sólo se manifiesta en el poder constituyente (todos y cada uno de los ciudadanos españoles) y en la Constitución. Los parlamentos se eligen para cuatro años y sólo para mantenerse estrictamente dentro de los límites procedimentales que les marca la Constitución.
Porque abre la puerta a la creación de una absurda policía autonómica que no necesitamos y que, como se ha demostrado en otras comunidades, sólo puede redundar en una mayor descoordinación policial y, por tanto, en un serio deterioro de una de las pocas funciones del estado en una sociedad libre como es la seguridad.
Porque parte de una visión socialista y planificatoria que, como la Historia y la ciencia económica han demostrado sobradamente, sólo conduce a la esclerosis social y económica.
Porque sanciona conceptos fascistas como la llamada concertación social y atribuye a patronales y sindicatos una representatividad que no tienen.
Porque obliga a los andaluces a costear maquinarias de adoctrinamiento político como son los medios de comunicación públicos, y eleva a rango estatutario la existencia del Consejo Audiovisual andaluz, un órgano potencialmente censor, innecesario, derrochador, liberticida y contrario a la libre empresa.
Porque incentiva el parasitismo y sanciona cosas tan grotescas como la fijación artificial de la población a zonas rurales en las que no pueden hacer nada rentable, para atarlos a la subvención.
Porque está hecho por políticos tan arrogantes como ignorantes de que el verdadero bien común es el que surge de que ellos dejen de jugar a ingenieros sociales y se abstengan de interferir en el orden social espontáneo que llamamos mercado.
Porque el socialismo no sólo te hace pobre sino que te dice encima que es por tu bien.
Porque estoy hasta las mismas narices del dichoso Blas Infante y demás ralea de colectivistas criptonacionalistas de mentalidad arcaica, tribal, paleta y disfuncional en el mundo moderno y globalizado al que por fortuna vamos.
Porque acaba con cualquier vestigio de separación de poderes.
Porque pone en entredicho la seguridad jurídica al politizar aún más el Poder Judicial, creando, por ejemplo, un Consejo Andaluz de Justicia controlado desde la Junta, y una fantasmagórica “justicia de proximidad” de diáfanos tintes caciquiles.
Porque alienta la partitocracia y crea incentivos para el mantenimiento de una casta política caracterizada por la mediocridad y por la obediencia ciega al líder.
Porque no limita los mandatos ni prohíbe las subvenciones a todo tipo de asociaciones, fundaciones o pesebres varios.
Porque no combate la idea de que más autogobierno paleto en las taifas signifique ni haya significado nunca en España más progreso ni más prosperidad para los españoles sino al revés: un crecimiento desmesurado y esterilizante de unas absurdas burocracias parasitarias, unos pesebres tocanarices e intervencionistas a más no poder, que restan eficiencia, incrementan el coste de las decisiones, multiplican el gasto y las barreras regulatorias e interfieren atrozmente el desenvolvimiento espontáneo de la economía.
Porque contribuirá al incremento de la presión fiscal en España.
Porque todo este barullo estatutario está haciendo que perdamos de vista las reformas realmente importantes que deberíamos estar afrontando en España para competir en el mundo, como son, entre otras, la cada día más perentoria transición del actual modelo de pensiones de reparto al de capitalización, la rebaja drástica de la presión fiscal (quien quiera controlar la inflación no tiene más que empezar por ahí, y por frenar la demanda pública), la eliminación de trabas burocráticas y de rigideces en el mercado laboral, así como la introducción de la competencia en la educación como fórmulas para aumentar nuestra productividad.
Porque cuando deberíamos estar abriéndonos al mundo, eliminando trabas y burócratas, adelgazando el peso muerto del sector público y liberalizando nuestra economía resulta que nos dedicamos a hacer todo lo contrario.
Porque el hecho de que el PP de Javier Arenas haya dado su asentimiento a semejante engendro liberticida deja de manifiesto la inexistencia de algo ni lejanamente parecido a una alternativa política en Andalucía.
Porque supone el espaldarazo definitivo para la consolidación y el mantenimiento sine die del régimen caciquil del PSOE en Andalucía.
Porque no puedo soportar a tanto pancista, tanto pesebrista y tanto mendrugo aprovechado como circula por aquí.
En fin, diré NO a este estatuto porque representa todo lo que intelectualmente combato y moralmente deploro. Todo lo que yo sé que es contrario a la libertad y, por tanto, a la prosperidad de los andaluces.
¿Me explico?
18 febrero, 2007 00:39
¿Les ha quedado claro?
15 febrero 2007
Algunos equívocos históricos
Los nacionalistas se han dedicado en España a sacar notable ventaja con este tipo de burdas pero eficaces manipulaciones. Todas las palabras adquieren en su discurso el sentido (equívoco a sabiendas en muchas ocasiones) que favorece a sus demandas. Así, 'nación' no es ya aquello a lo que nos referimos de forma habitual en el lenguaje cotidiano: esto es, un estado. Desde este punto de vista, Francia, Alemania y Suiza son naciones, a pesar de que la primera es unitaria y centralista, la segunda, federal y la tercera, confederal. Nación es ahora, para los nacionalistas, una comunidad cultural y lingüística. Sentido que siempre tuvo, se me dirá. No siempre, básicamente desde el Romanticismo, pero bueno, aceptamos 'barco'. El problema está en que quienes usan este concepto lo que realmente desean es dar el salto semántico (y real, si todo se quedara en el significado...) hasta el primero. Es decir, tú me aceptas que somos una 'nación' cultural y mañana ya puedo yo reclamar la 'nación' política, que es la que en realidad me interesa. Es verdad que en el siglo XIX ambos conceptos de nación se superponían. Los grandes imperios estaban en retroceso y de ellos surgían naciones políticas nuevas basadas en el concepto antropológico del término 'nación'. Pero ¡estamos en el siglo XXI! El mundo es ya muy pequeño merced a la globalización y el salto adelante de las telecomunicaciones. ¡Nunca más las naciones étnicas o culturales! ¡Son naciones de ciudadanos las que necesitamos! Las naciones decantadas por la historia como unidades políticas pero no llenas de súbditos, sino de ciudadanos.
Con la proliferación de comunidades nacionales autodefinidas en los estatutos españoles asistimos a un proceso de involución, singularmente apoyado por las fuerzas de izquierda (¡otro gran equívoco histórico!: los internacionalistas se han vuelto nacionalistas furibundos), a una atomización medieval del poder, a un incremento del control sobre la vida privada de los ciudadanos, a una manipulación de sus sentimientos y de su identidad personal. El Estatuto de Andalucía es, en este sentido, un documento decimonónico.
¡MENOS ANDALUCÍA Y MÁS CIUDADANÍA!
11 febrero 2007
10 febrero 2007
Un aluvión de correspondencia
Siguen sin explicarme cómo ese texto mal escrito, que elude la realidad para fundarse en los mitos y que se dedica a reglamentar la vida de los individuos hasta límites de alcoba va a influir en el desarrollo futuro de nuestra sociedad. Debe de ser cuestión de fe. Por mí, todo este despilfarro de energías, de tiempo, de medios, de dinero se lo podrían haber ahorrado. (Me conformo con tan poco de los políticos que, a día de hoy, me daría por satisfecho con que alguien me explicara de forma convicente (sin carta, por favor) cómo es posible que el Puente de San Telmo, ese que usan diariamente de forma obligada miles de viandantes de la ciudad en la que habito, lleve más de dos meses convertido en un infame sendero de cabras.)
¡MENOS ANDALUCÍA Y MÁS CIUDADANÍA!
09 febrero 2007
He recibido una carta
Querido/Querida conciudadana [Pues empezamos bien. Me llama "Querido", lo cual así, sin ni siquiera el retórico "amigo" de rigor me causa auténtico espanto. Aunque la barra que sigue me hace intuir que su intención no es llamarme "Querido" a secas (menos mal), sino que lo que me llama es "Querido conciudadana". ¡¡¡Arrea!!! Lo disculparemos. Seguramente el día que el maestro explicó las concordancias estaba en casa con paperas.]Lo siento, Diego, pero no me has convencido.
Me tomo la libertad de dirigirme a ti [dice bien. Eso de que alguien que no me conoce de nada empiece tuteándome me parece más que libertad libertinaje] porque el próximo 18 de Febrero tienes, tenemos, una cita importante con Andalucía. Ese día estás convocado a renovar el espíritu de emancipación y autogobierno de nuestro pueblo [es curioso adonde ha ido a parar el (no)pensamiento de izquierda: ahora los pueblos tienen espíritu, y además el espíritu se expresa en un tono cursi aborrecible] participando en la consulta popular para refrendar el nuevo Estatuto de Autonomía.
Desde Izquierda Unida hemos apostado con firmeza por el mejor Estatuto. Un Estatuto de máximos, avanzado, progresista y en pie de igualdad con cualquier otro del Estado español [esto es, España]. Un Estatuto que es un instrumento de suma utilidad para los andaluces de hoy y para la de las futuras generaciones [pero pero pero. ¿No pueden pagarse un corrector de estilo en IU LV-CA? Si ya sabemos que Diego sufrió de paperas aquel año, el de su 2º de EGB...]
En Izquierda Unida nos sentimos especialmente satisfechos del profundo contenido social del nuevo Estatuto, situando los problemas reales de los hombres y mujeres de nuestra tierra en el centro de la acción política. [Obviaré el uso infame del gerundio, porque si no, no acabamos. Pero qué simpáticos que son. "Los problemas reales", dicen... Un Estatuto que no ha pedido nadie y que a nadie interesa, que ha aparecido en suelo andaluz cual Deus ex machina que sacara del hastío al régimen tras 25 años de apisonadora chavista]
Nuestro Estatuto es una propuesta ambiciosa que supone todo un reto de futuro [esto no lo dudo] para nuestro pueblo. [Diego es de pueblo, al parecer. Yo también. Pues ya tenemos algo en común] Y por ello, es absolutamente necesario que cuente con el máximo respaldo en las urnas, pues un apoyo masivo al mismo [espera que coja la gramática del abrigo, que he dejado la misma en el mismo] obligará en mayor medida [¡fantástico!] a los gobernantes a cumplirlo sin dilaciones ni rodeos. A ese compromiso te reclamo por el interés de Andalucía.
La izquierda alternativa [¡ay, que me da la risa! ¿Alternativa de qué?] que represento, ha puesto todo su empeño y trabajo en una apuesta decidida por Andalucía y a favor de quienes con más fuerza y derechos demandan una sociedad más justa y solidaria. Si este nuevo Esatuto goza de tu respaldo, el modelo político territorial español dará un paso irreversible hacia el federalismo solidario entre los pueblos de España [esto es mentira. Sosa Wagner se lo dejó claro a Caraballo el otro día. Aparte de que antes tendría que convencernos de las ventajas de más federalismo del que ya tenemos, pues, dejando al margen el nominalismo, el estado de las autonomías español tiene un carácter absolutamente federal], abriendo una vía ejemplar que más pronto que tarde seguirán el resto de Comunidades Autónomas [poco dudoso también, por desgracia. Otro motivo para votar NO].
Tu participación, la de tu gente y amigos, es fundamental, imprescindible [¡¡ojalá fuera imprescindible!! Porque entonces iba a ser que no, Diego]. Por ello, te invito a participar y a dar tu Sí a Andalucía [esto lo pone en rojo, cursivas y con una letra más grande]. Te invito hoy, como en aquel histórico 28-F [letra verde y en negritas], a acumular y unir fuerzas para un nuevo impulso andaluz. Tu fuerza será la garantía de su cumplimiento [¿cumplimiento de qué? Como antecedente gramatical, el Estatuto queda un poco lejos].
Por más poder andaluz [¡¡horror!!, ¿más Chaves todavía?], más derechos sociales [¡demagogo!], más democracia [¡¡no!! El estatuto, reglamentista hasta lo indecible, trae mucho más control, luego mucha menos democracia] para mejorar la calidad de vida de toda la ciudadanía [o todos/todas las ciudadanas] andaluza.
Solicitio tu Sí convencido de ser lo mejor para Andalucía [letra verde, cursivas, más grande, con 'Si' y 'Andalucía' en negritas].
Un cordial saludo [lo mismo]
¡MENOS ANDALUCÍA Y MÁS CIUDADANÍA!
08 febrero 2007
Disculpas y acicates
16 noviembre 2006
A golpe de lima (8)
Antes
Andalucía ha sido la única Comunidad que ha tenido una fuente de legitimidad expresada en las urnas mediante referéndum, lo que le otorga una identidad propia y una posición incontestable en el seno de la configuración territorial del Estado. Así, la Constitución Española, en su artículo 2º, reconoce la realidad nacional de Andalucía como una nacionalidad.Ahora
Andalucía ha sido la única Comunidad que ha tenido una fuente de legitimidad específica en su vía de acceso a la autonomía, expresada en las urnas mediante referéndum, lo que le otorga una identidad propia y una posición incontestable en la configuración territorial del Estado. El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna. En 1978, los andaluces dieron un amplio respaldo al consenso constitucional. Hoy, la Constitución, en su artículo 2, reconoce a Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de la Nación española.Por acá y por acullá ya he dicho todo lo que tenía que decir al respecto. Acaso añadir sólo la vergüenza y el bochorno que me ha provocado una vez más el volver a leer esta patada a la lógica, el buen gusto, la sintaxis, la semántica y la inteligencia. ¡¡¡La ley!!! Esto es la ley. Todo lo que sube baja: debe de ser esa ley.
15 noviembre 2006
Un artículo de Roberto L. Blanco Valdés
Si el Tribunal Constitucional no lo remedia, el Estatuto catalán -y el andaluz, que es su primer clon, pese a los bochornosos disimulos del Partido Popular- contendrá una previsión que, de puro disparatada, es pintoresca. Las disposiciones en cuestión obligan al Estado a destinar a Cataluña y a Andalucía un porcentaje de sus inversiones anuales en infraestructuras tomando como base para el cálculo del gasto los criterios que las nuevas normas estatutarias de esas comunidades determinan. ¡Formidable!
Sí, sí, no lo duden: que un Estatuto fije cómo debe repartir el Estado sus presupuestos, que son la primera manifestación de su potestad legislativa, es una cosa formidable que no se ha visto nunca en ningún Estado del planeta: ni autonómico, ni federal, ni marciano, ni lunático.
Resulta así que los mismos Estatutos que reducen al Estado a una posición casi marginal en sus respectivos territorios le fijan lo que debe hacer con el dinero que todos le entregamos cada año para que lo gaste según decidan nuestros representantes en las Cortes Generales. Para decirlo pronto y muy claro: Cataluña y Andalucía blindan su derecho a meter el cucharón en la tartera que es de todos, pero lo tienen preparado al mismo tiempo para darle con él en la cabeza al propio Estado si éste se atreviera a inmiscuirse en sus asuntos.
Es un poco como en el chiste del explorador al que los nativos tienen metido en el puchero para darle sustancia al sopicaldo. No contento con el festín, uno de los danzantes le arrea de vez en cuando un testarazo. Cuando el nativo más bueniño se queja del maltrato, el agresor contesta sin rebozo: "É que está comendo as patacas". (Ya se sabe que en los chistes los nativos se expresan en gallego casi siempre).
Hablando en serio: la cosa no guarda proporción. De hecho, lo raro es que las Cortes hayan aceptado tan contentas esa exigencia arbitraria e impresentable, y que nadie haya dicho en ellas lo que dijo en su día en el Parlamento de Westminster un diputado inglés del distrito de West Lothiam cuando se planteó la autonomía para Escocia: si era razonable que Escocia siguiera decidiendo en todos los asuntos del Reino Unido mientras aquél debería abstenerse de decidir en los de Escocia.
Las previsiones de los Estatutos andaluz y catalán son tan inasumibles para la soberanía del Estado que ahora el ministro Solbes ha informado de que no se tolerarán a ningún otro territorio, lo que añade el agravio comparativo al agravio puro y duro. Es esa, desde luego, una forma bien curiosa de tratar de resolver las diferencias autonómicas: convertirlas, por arte de birli (de birlar) birloque, en privilegios.
(La Voz de Galicia, 15 de noviembre de 2006)
13 noviembre 2006
A golpe de lima (7)
Antes
Esta vocación de las Juntas Liberalistas lideradas por Blas Infante por la consecución del autogobierno, por alcanzar una Andalucía libre y solidaria en el marco de la unidad de los pueblos de España, por reivindicar el derecho a la autonomía y la posibilidad de decidir su futuro, emergió años más tarde con más fuerza y respaldo popular.Ahora
Las manifestaciones multitudinarias del 4 de diciembre de 1977 y el referéndum de 28 de febrero de 1980 expresaron la voluntad del pueblo andaluz de situarse en la vanguardia de las aspiraciones de autogobierno de máximo nivel en el conjunto de los pueblos de España. Desde Andalucía se dio un ejemplo extraordinario de unidad a la hora de expresar una voluntad inequívoca por la autonomía plena frente a los que no aceptaban que fuéramos una nacionalidad en el mismo plano que las que se acogían al artículo 151 de la Constitución.
Esta vocación de las Juntas Liberalistas lideradas por Blas Infante por la consecución del autogobierno, por alcanzar una Andalucía libre y solidaria en el marco de la unidad de los pueblos de España, por reivindicar el derecho a la autonomía y la posibilidad de decidir su futuro, emergió años más tarde con más fuerza y respaldo popular.Ay y ay.
Las manifestaciones multitudinarias del 4 de diciembre de 1977 y el referéndum de 28 de febrero de 1980 expresaron la voluntad del pueblo andaluz de situarse en la vanguardia de las aspiraciones de autogobierno de máximo nivel en el conjunto de los pueblos de España. Desde Andalucía se dio un ejemplo extraordinario de unidad a la hora de expresar una voluntad inequívoca por la autonomía plena frente a los que no aceptaban que fuéramos una nacionalidad en el mismo plano que las que se acogían al artículo 151 de la Constitución.
11 noviembre 2006
La realidad según Bunge
10 noviembre 2006
A golpe de lima (6)
Antes
AhoraEse ideal autonomista hunde sus raíces en nuestra historia contemporánea. El primer texto que plasma la voluntad política de que Andalucía se constituya como entidad política con capacidad de autogobierno es la Constitución Federal Andaluza, redactada en Antequera en 1883. En la Asamblea de Ronda de 1918 fueron aprobados la bandera y el escudo andaluces.
Durante la II República el movimiento autonomista cobra un nuevo impulso. En 1933 las Juntas Liberalistas de Andalucía aprueban el himno andaluz, se forma en Sevilla la Pro-Junta Regional Andaluza y se proyecta un Estatuto. Tres años más tarde, la Guerra Civil rompe el camino de la autonomía al imposibilitar la tramitación parlamentaria de un Estatuto ya en ciernes.
Ese ideal autonomista hunde sus raíces en nuestra historia contemporánea. El primer texto que plasma la voluntad política de que Andalucía se constituya como entidad política con capacidad de autogobierno es la Constitución Federal Andaluza, redactada en Antequera en 1883. En la Asamblea de Ronda de 1918 fueron aprobados la bandera y el escudo andaluces.Ufff...
Durante la II República el movimiento autonomista cobra un nuevo impulso. En 1933 las Juntas Liberalistas de Andalucía aprueban el himno andaluz, se forma en Sevilla la Pro-Junta Regional Andaluza y se proyecta un Estatuto. Tres años más tarde, la Guerra Civil rompe el camino de la autonomía al imposibilitar la tramitación parlamentaria de un Estatuto ya en ciernes.
09 noviembre 2006
A golpe de lima (5)
Antes
El ingente esfuerzo y sacrificio de innumerables generaciones de andaluces y andaluzas a lo largo de los tiempos se ha visto recompensado en la reciente etapa democrática, que es cuando Andalucía expresa con más firmeza su identidad como pueblo a través de la lucha por la autonomía plena. En los últimos 25 años, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia y se ha acercado al ideal de Andalucía libre y solidaria por la que luchara incansablemente Blas Infante, a quien el parlamento de Andalucía en un acto de justicia histórica reconoce como Padre de la Patria Andaluza en abril de 1985.Ahora
El ingente esfuerzo y sacrificio de innumerables generaciones de andaluces y andaluzas a lo largo de los tiempos se ha visto recompensado en la reciente etapa democrática, que es cuando Andalucía expresa con más firmeza su identidad como pueblo a través de la lucha por la autonomía plena. En los últimos 25 años, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia y se ha acercado al ideal de Andalucía libre y solidaria por la que luchara incansablemente Blas Infante, a quien el parlamento de Andalucía en un acto de justicia histórica reconoce como Padre de la Patria Andaluza en abril de 1983.¡Joder, los leones han descubierto que fue dos años antes, dónde iremos a parar!
...
A golpe de lima (4)
Antes
Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales. El pueblo andaluz es heredero, por tanto, de un vasto cimiento de civilización que Andalucía puede y debe aportar a la sociedad contemporánea, sobre la base de los principios irrenunciables de igualdad, democracia y convivencia pacífica y justa.Ahora
Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales. El pueblo andaluz es heredero, por tanto, de un vasto cimiento de civilización que Andalucía puede y debe aportar a la sociedad contemporánea, sobre la base de los principios irrenunciables de igualdad, democracia y convivencia pacífica y justa.Pues anda que...
08 noviembre 2006
A golpe de lima (3)
Antes
Esta síntesis perfila una personalidad andaluza construida sobre valores universales, nunca excluyentes. Y es que Andalucía se asienta en un territorio que, vertebrado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano. Un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre norte y sur, entre los arcos mediterráneo y atlántico, y donde se ha configurado como hecho diferencial un sistema urbano medido en clave humana.Ahora
Esta síntesis perfila una personalidad andaluza construida sobre valores universales, nunca excluyentes. Y es que Andalucía, asentada en el sur de la península ibérica, es un territorio de gran diversidad paisajística, con importantes cadenas montañosas y con gran parte de su territorio articulado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, que abierta al Mediterráneo y al Atlántico por una dilatada fachada marítima, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano. Un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre norte y sur, entre los arcos mediterráneo y atlántico, y donde se ha configurado como hecho diferencial un sistema urbano medido en clave humana.Lagarto lagarto, que aquí hay sustancia. El primer cambio detectado en el preámbulo es un monumento a la incompetencia y la estulticia. Fíjense en lo que consideran importante los señores diputados y las señoras diputadas. En la Macarena se había descrito Andalucía como una porción de tierra vertebrada por un río. En Madrid se aclara que en realidad se trata de una porción de tierra con "importantes (¡importantes!, no había un adjetivo más neutro (bueno, sí, podrían haber escrito "interesantes")) cadenas montañosas" y que, en parte (esto es vital para entender la mentalidad con que se ha construido la realidad nacional), se articula alrededor de un río. Auténticamente para partirse de risa, porque si el fondo de la cuestión no fuera hilarante ya de por sí, su redacción es sencillamente cómica:
Y es que Andalucía, asentada en el sur de la península ibérica, es un territorio de gran diversidad paisajística, con importantes cadenas montañosas y con gran parte de su territorio articulado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, que abierta al Mediterráneo y al Atlántico por una dilatada fachada marítima, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano.No sólo causa bochorno ajeno el uso de fórmulas escolares (casi parvularias) del tipo "asentada en el sur de la península ibérica" (¡ah!), "de gran diversidad paisajistica" (ya, ya) o "con importantes cadenas montañosas" (vaya, vaya), sino que resulta impresentable la secuencia sintáctica. Así que Andalucía "es un territorio [...] con gran parte de su territorio articulado...". Genial. O esto: "Y es que Andalucía [...] que abierta al...". Pero por Dios bendito, me quiero morir. ¿Cuál es el antecedente del segundo "que"? Ya han dicho que Andalucía es un territorio. Pero si "territorio" es el antecedente, lo que le corresponde es "abierto" y no "abierta". El corrector de preámbulos, deseoso sin duda de ganarse una palmadita de reconocimiento en la espalda, establece la concordancia no en función de las reglas de la gramática, sino de la metáfora: es Andalucía la que compila, ¿no? Pues Andalucía debe figurar como el gran sintagma, siempre presente, nunca excluyente. Lo llaman Consenso, pero deberían decir Concordato.
07 noviembre 2006
A golpe de lima (2)
Antes
Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo.Ahora
Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo.Estupendo.
A golpe de lima (1)
Antes
Andalucía, a lo largo de su historia, ha forjado una robusta y sólida identidad que le confiere un carácter singular como pueblo, asentado desde épocas milenarias en un ámbito geográfico diferenciado, espacio de encuentro y de diálogo entre civilizaciones diversas. Nuestro valioso patrimonio social y cultural es parte esencial de España, en la que andaluces y andaluzas nos reconocemos, compartiendo un mismo proyecto basado en los valores de justicia, libertad y seguridad, consagrados en la Constitución de 1978, baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de España.
Ahora
Pues vale.Andalucía, a lo largo de su historia, ha forjado una robusta y sólida identidad que le confiere un carácter singular como pueblo, asentado desde épocas milenarias en un ámbito geográfico diferenciado, espacio de encuentro y de diálogo entre civilizaciones diversas. Nuestro valioso patrimonio social y cultural es parte esencial de España, en la que andaluces y andaluzas nos reconocemos, compartiendo un mismo proyecto basado en los valores de justicia, libertad y seguridad, consagrados en la Constitución de 1978, baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de España.
02 noviembre 2006
Insumisión
27 octubre 2006
¿Por qué no?
A mí me importa.
Porque a mí me trae al pairo que el cortijo lo dirija Chaves o Arenas, me da igual que el régimen tenga cara de bambi multicultural o de sacristán igualmente multicultural, porque las competencias se pactan, y si algo no funciona se cambia (o debería poder cambiarse), porque la financiación se negocia y se pacta, porque las medidas políticas se adoptan en función de multitud de parámetros, de condiciones y de circunstancias en permanente cambio (ese es el terreno de la política y de los políticos), pero los principios en los que se asienta la democracia son fundamento esencial de su desarrollo, fundamento de la libertad, la seguridad y el bienestar de los individuos (este es el terreno de los ciudadanos, de todos), y desde luego tiene muchísima más importancia encontrar, por ejemplo, un sistema que garantice el control del poder ejecutivo que el hecho de que la cuenca del Guadalquivir se gestione desde Sevilla, desde Madrid o desde la sierra de Cazorla, porque aquello es fundamento básico del sistema, mientras esto es una opción política, técnica y administrativa contingente, perfectamente modificable en función de la experiencia y de las necesidades.
Si nuestra Constitución tiene algún defecto muy evidente ese no es otro que el partidismo que se detecta en la definición concreta del sentido que deben de tener las políticas (Título I, Capítulo 3), cuestión que debería corresponder exclusivamente al ámbito de las propuestas de los partidos. Pero eran los tiempos en los que se redactó, qué le vamos a hacer. Por su parte, los estatutos autonómicos (prácticamente todos, unos más y otros menos) pecan de esencialismo, de mística nacionalista, y en pleno siglo XXI lo que correspondería sería una reforma para eliminar de ellos todo el barniz partidista, los mitos, las opiniones y las mentiras flagrantes. Y van el PP y el PSOE y pactan una reforma que se orienta en sentido opuesto, que se asienta en la profundización de la esencia, la mística, el partidismo y las mentiras. Quieren convencernos de que ese el único punto de partida posible para la política, y el PP, acomplejado y cobarde a partes iguales, nos dice que renuncia a combatir la conversión de una opción política (la andalucista) en oficial y aplaude que la definición que de Andalucía hizo un grupo ideológico minúsculo en una reunión de partido, sin representación política alguna, y celebrada ¡¡¡en 1919!!!, figure en la norma básica de la comunidad como guía del pensamiento de los auténticos andaluces del siglo XXI. Y pretenden que nos lo traguemos y miremos para otro lado en aras de la concordia y de sus intereses de partido, incapaces como son de despojarse de sus complejos y dar la batalla de las ideas desde donde lamentablemente todavía corresponde (la traición socialista es previa, ya lo sabemos), que es desde la base misma de la configuración de un estado de derecho moderno. Pues otros lo harán por ellos, y que con su pan se lo coman, pero se han quedado sin mi voto, y espero que sin muchos otros como el mío. Ciudadanos, hay que pelear.
___________________________________________________
El parrafito de marras es simplemente un insulto a la inteligencia y a la racionalidad política. Ya comentamos por aquí lo que nos parecía su redacción original. Pero es que ahora han hecho esto:
Andalucía ha sido la única Comunidad que ha tenido una fuente de legitimidad específica en su vía de acceso a la autonomía, expresada en las urnas mediante referéndum, lo que le otorga una identidad propia y una posición incontestable en la configuración territorial del Estado. El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna. En 1978, los andaluces dieron un amplio respaldo al consenso constitucional. Hoy, la Constitución, en su artículo 2, reconoce a Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de la Nación española.Las mentiras flagrantes y ridículas están ya convenientemente señaladas y analizadas, y no hace falta insistir en ellas. (Arcadi también les dedicó un momento.) El añadido (en negritas) es de juzgado de guardia. Que el manifiesto de un grupúsculo sin representación alguna se convierta 90 años después en parte del ordenamiento jurídico de una entidad política supuestamente moderna causa auténtico bochorno. Y que se remarque la patita nacionalista de la Constitución Española con el remoquete final es patético. La unidad de la Nación española se disolverá cuando los ciudadanos españoles así lo decidan. Estaría bueno lo contrario.
21 octubre 2006
La derrota en el consenso
Los mitos me acosan. El otro día leí que González Ferrín se dedica también a su exégesis. Combate los mitos con otros mitos. Hasta ahí ha llegado. Y como Joly le da páginas y más páginas para la doctrina supongo que pronto lo veremos plastificado en la vitrina de un museo de la patria. La patria que éstos construyen en Madrid, a pasos lentos pero seguros. Uno lee la hagiografía y no sabe si llorar o reírse por la inmensa felicidad que a algunos les causa el hecho de que unos políticos se pongan de acuerdo en el reparto. La definición preambular del régimen se mantiene mientras tanto incólume, firmemente asentada en sus cuatro escolásticas patas: mística, mentiras, ignorancia y mitos. Se garantiza así el andalucismo oficial para los próximos siglos... Y que yo tenga que coincidir en el voto con el PA. ¡Qué paradoja tan significativa! Los andalucistas de nombre convertidos en la extrema izquierda de la patria, porque el andalucismo oficial ya ha sido asumido por la derechona del PP (hora es de que les dejen por fin meter mano en San Telmo, dirán). Todo por la pasta, pero sin mi voto.
Esta mañana, gracias a Arcadi, he leído este estupendo discurso de Stéphane Dion y he sentido una profundísima melancolía. La melancolía de los que nos sabemos ya derrotados.
Tuyo,
A.
14 octubre 2006
Un artículo de Félix de Azúa
De esto hace ya cinco años, pero la semana pasada lo recordé y he podido reconstruirlo con un poco de paciencia. En diciembre de 2001, Raymond Tallis lanzaba una sorprendente acusación contra Michel Foucault, con la excusa de comentar un libro que exponía una posible historia de la falsedad. El artículo venía anunciado en la portada del Times Literary Supplement, lo que le daba un carácter marcadamente solemne.
El argumento de Tallis era un clásico: a su entender, Foucault nunca creyó seriamente en su propia formulación teórica de que las "verdades objetivas" no eran sino manifestaciones del poder dominante y por lo tanto tan relativas y efímeras como el poder mismo. Sin embargo, luego añadía un contraargumento. Basándose en la biografía de Foucault escrita por David Macey, afirmaba que cuando en 1980 el filósofo fue advertido por sus colegas americanos sobre una peligrosa enfermedad que afectaba sobre todo a los homosexuales, éste reaccionó como si de verdad creyera en sus propias teorías: no hizo el menor caso, lo consideró una intoxicación homofóbica, la típica "verdad" creada por los media al servicio de un poder represivo, un cuento de terror para impedir la libre circulación sexual, etcétera. Era entonces profesor invitado en Berkeley y pasaba una de sus etapas más eufóricas y de mayor promiscuidad sexual.
Todo lo cual sería materia de confesionario o basura para la prensa del chisme, de no ser porque una vez infectado por el virus siguió sin admitir la existencia del sida y consecuentemente no avisó a ninguno de sus colegas sadomasoquistas, ni siquiera en el año de su muerte, en 1983. Convertido en mártir de sus propias convicciones relativistas, el problema era que había creado, de paso, un buen número de mártires involuntarios que quizás se hubieran salvado de haber sido diagnosticados a tiempo. El relativismo de Foucault le había costado bastante caro a un montón de gente a la que supuestamente apreciaba.
Como era de esperar, uno de sus amigos, Richard Sennett, replicó que todo era un montón de mentiras y que Foucault estaba demasiado ocupado trabajando como para convertirse en una fiera predadora. Muy al contrario, decía Sennett, el filósofo se encontraba tan delicado de salud en sus últimos tres años que no podría haber mantenido relaciones sexuales ni aun queriendo. Aunque, eso sí, le encantaba alardear como si las tuviera. De un modo impecable, la respuesta al puritano Sennett vino del departamento de sociología de la universidad de Brighton. Confirmaban que Foucault jamás se había apeado de sus convicciones relativistas, no había admitido la existencia del sida, pero que era imposible conocer su comportamiento sexual de los últimos años como no fuera mediante testigos directos, así que si Sennett sabía algo (algún fact) tenía la obligación de comunicarlo.
La verdad es que el problema no es fácil de formular y tiende a deslizarse por la vía del chismorreo, pero es un buen ejemplo de la responsabilidad del intelectual, esa criatura habitualmente irresponsable. ¿Deben los teóricos respetar sus propias teorías? ¿Las invalida un comportamiento contrario a las mismas? ¿Por qué es muy grave que un congresista americano defensor del menor resulte un pederasta, pero no lo es que Brecht, paladín de los explotados, explotara a sus amantes, las hiciera trabajar como mulas, y no les pagara un duro?
El caso es retorcido porque un relativista moral como Foucault mantiene que la doblez moral no sólo no invalida la teoría sino que la confirma, de modo que la inmoralidad de algún moralista como Brecht no es sino la prueba del nueve del relativismo moral. Por eso daba tanta risa la intervención de otro defensor del fallecido, Hill Luckin (18 enero), el cual afirmaba que Foucault no había sido "un relativista absoluto" y que no había que exagerar. En efecto, a todos nos gustaría saber qué es un "relativista relativo".
La cuestión quedó más ordenada y elegante gracias a John Hargreaves, el cual escribió que si alguien cree seriamente "que el conocimiento científico, como todo conocimiento, es un constructor lingüístico y por tanto sólo es una justificación del poder", entonces la destrucción de vidas humanas que podrían salvarse es algo inevitable. No se está hablando, en consecuencia, de un episodio privado con algunas personas muertas "por una infección sociolingüística", sino de las muchas que morirían si se aceptara el relativismo seriamente, políticamente. Si el relativismo penetrara en la estructura administrativa de la sociedad, la destrucción sería inevitable. Y quizás es lo que está sucediendo. El islamismo ha llegado en el momento adecuado.
Una semana más tarde Ian James trataba aún de salvar a Foucault tirando por elevación. Según decía, el relativismo arrancaba de la fenomenología de Husserl y llegaba hasta su desenlace en Heidegger. La mención de los padres desviaba la culpa del hijo y ponía al relativismo en un área prohibida para los empiristas, idealistas, positivistas y en fin para todos aquellos que no fueran relativistas. La consecuencia era que la verdad de Foucault sólo es verdadera para los foucaultianos lo cual, sin duda, confirma el relativismo de Foucault.
El círculo me parecía ya excesivamente vicioso. Cuando dos números más tarde regresó Raymond Tallis para pulverizar a Sennett y a Wright, abandoné la querella. Quizás ha tenido alguna continuación interesante. En todo caso, y a la vista del intercambio, parece evidente que, en resumidas cuentas, los partidarios de la verdad objetiva pueden ser informados de sus errores mediante razonamientos verdaderos (en los cuales creen), en tanto que un relativista no puede ser convencido de absolutamente nada porque cualquier razonamiento que debilite su posición entrará a formar parte de los "discursos de confirmación del poder". Incluido el suyo.
He recordado esta bella batalla, digna de una novela, pensando en aquellas otras batallas entre comunistas y demócratas en tiempos de Foucault, cuando ambas palabras designaban a individuos reales. Cualquier argumento o dato (fact) que debilitara la utopía comunista, por ejemplo la barbarie estalinista o el totalitarismo de Castro tan similar al franquista, era inmediatamente considerado un argumento pro yanqui y descartado con una risita de superioridad. Lo mismo sucede, en la actualidad, con los ideólogos del nacionalismo: es inútil razonar con ellos si no es para coincidir de inmediato y en todo lo que exponen. Cualquier dato, hecho, argumento o razonamiento que debilite su creencia es inmediatamente interpretado como infección sociolingüística del nacionalismo enemigo.
Por una pelmaza deriva de los astros, veinte años después de muerto Foucault la totalidad de la vida política española se ha hecho de un relativista que deja a Foucault como un teócrata. Tiene mucha gracia que se enfrenten dos posiciones de las que no hay una que defienda la razón o la verdad o algo similar y otra que la relativice, sino que ambas defienden la inexistencia de verdad, razón o algo similar en el terreno moral. Ambas saben que sus discursos sobre la justicia, el derecho, la patria o la libertad son una mera defensa del poder que administran y que la "verdad" se construye relativamente al discurso enemigo. Si el enemigo habla a favor del filete de buey, nosotros nos haremos furibundos vegetarianos. Y si, aunque sea contradictorio, aboga por los derechos de los animales, nosotros seremos humanistas a rajatabla.
Y no es cinismo, como en tiempos de Maura, sino auténtico y fundado relativismo. Por decirlo de un modo educado, es un cinismo con estudios de secundaria. Confiemos en que no provoque muchas víctimas. Sobre todo entre sus propios partidarios.
Así andamos, con tantos relativistas relativos que muchas veces uno ya no sabe si está discutiendo con un cerebro humano o con el de una ameba.
09 octubre 2006
Chiquilla, si esto es pa divertirse...
Bautizos
Comuniones
Bodas
Reuniones de empresa
Asambleas de vecinos
Amplios salones con jardín, pistas de petanca, pádel y billares.
La mejor calidad al mejor precio.
Porque pensamos en usted (que tiene que votar, con lo que cansa).
Homologado por la Junta de Distrito y el Departamento de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento.
Presupuestos gratuitos (y todo lo demás, también).
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Querida C:
Hoy me he levantado con el mal sabor de boca de la resaca de ayer. El día amaneció neblinoso, así que me puse la chaqueta de mezclas que me regalaste por mi cumpleaños. Crucé el Puente de San Telmo, tragando polvo como todos los días, y al llegar al final vi que el tráfico venía congestionado desde el Paseo Colón. Un amable agente me informó visiblemente emocionado de que la tuneladora se había estropeado otra vez, antes de llegar al Cristina. Te aviso para que no cojas el coche, vente en metro.
Tuyo
A.
06 octubre 2006
Madre mía
En una cosa tiene razón. El PSC no ha girado hacia el nacionalismo. El PSC siempre ha sido un partido nacionalista. Ahora, además es garbancero.7. Alberto - 11:08
P. ¿Es el PSC una opción de voto para los que no somos nacionalistas, nos consideramos bilingües, catalanes y españoles? Somos muchos los que apreciamos un giro hacia al nacionalismo de su partido, incompatible -en nuestra opinión- con un concepto progresista de la ciudadanía. Gracias por su respuesta.
R. Yo no soy nacionlista, soy bilingüe y me considero andaluza, catalana y española. En fin, creo que usted y yo nos entenderíamos bien. Y el PSC no ha girado hacia el nacionalismo. Defender a Cataluña no nos hace nacionalistas. Como defender Extremadura no hizo nacionalista a mi compañero Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Señora de Madre, yo promoveré lo que me salga de mis santos cataplines. Nadie tiene que decirme lo que tengo que promover. ¿Y usted qué promueve? Porque aquí un ciudadano le plantea un problema. ¿Qué hace usted por solucionarlo? ¿Quién está utilizando la lengua como elemento de separación si no su Gobierno y su partido?9. Javier - 11:12
P. Vivo en Barcelona. Recibo en casa publicaciones e información diversa de la Generalitat y del Ayuntamiento, siempre únicamente en catalán. De un tiempo a esta parte, y hablo por experiencia propia, la mayoría de funcionarios que me han atendido lo han hecho en catalán a pesar de utilizar yo el castellano. ¿Está de acuerdo con esta línea?
R. Todos los ciudadanos han de poder expresarse en la lengua que prefieran. Las administraciones están obligadas a atender al ciudadano en la lengua que este prefiera. Y todos debemos promover cuanto podamos la lengua catalana que está por motivos históricos y demográficos en situación de mayor debilidad. Las lenguas son para comunicarse, para entenderse. Y no apruebo que nadie las utilice como elemento de separación.
La vivienda de todos convertida en el patio de monipodio por esa infecta, repugnante y obscena confusión de la defensa de la sociedad con la defensa de la identidad nacional.10. Atada-a-mis-padres - 11:14
P. En su opinión, qué es más importante, ¿proveer a los ciudadanos de una vivienda digna o proveerles de una identidad nacional catalana?
R. Sin duda la vivienda. Pero Cataluña es la vivienda de todos y también hay que defenderla y cuidarla, precisamente porque es de todos. ¿No creerá usted que nosotros defendemos la identidad nacional de Cataluña a costa de que la gente se quede sin vivienda? La defensa de ambas cosas no es incompatible ni contradictoria.
No son nacionalistas. Son catalanistas. Y federalistas (asimétricos, eso sí). Y mentirosos, porque la Constitución Española no dice en ningún lado que Cataluña tenga que tener más autogobierno.12. Elvira - 11:21
P. ¿Cree que el cinturón de Barcelona se siente identificado con el carácter cada vez más nacionalista del PSC?
R. He contestado ya otra pregunta parecida. El PSC no es nacionalista. Somos catalanistas y socialistas, porque defendemos a las personas y creemos también en una Cataluña con más autogobierno. Como señala, por cierto, la Constitución española. Nacionalista es el que tiene como máxima aspiración la separación de Cataluña de España y la formación de un Estado propio. Nosotros no compartimos ese objetivo. Nosotros queremos una España federal. Ese no es el modelo de CiU o de ERC, pero tampoco el del PP que todavía está en aquello de "España una y no cincuenta y una".
Impresionante. No se puede ser más boba. Soltaron la gilipollez de la "nación de naciones" y se lo han creído. Son tontos de enciclopedia. Y la consigna de la España plural (diversas culturas, dice que tiene. No sabe lo que es, animalito). Huele ya.14. Canario25 - 11:28
P. Me gustaría saber por qué su partido está de acuerdo con la definición de Cataluña como una nación y cómo explica usted su encaje en la Constitución Española. Yo soy canario y, como muchos paisanos, no comprendo qué interés tiene Cataluña en diferenciarse del resto de España, cuando Canarias ha permanecido más de 500 años aislada pero a la vez desarrollando una identidad cultural propia que no entra en conflicto con nuestra nacionalidad española. ¿Qué gana Cataluña como nación, si no lo es?
R. Para nosotros España es una Nación de naciones. Nosotros no creemos que afirmar el carácter nacional de Cataluña suponga negar a España como Nación. Cataluña es España. Lo queremos así una mayoría de catalanes, nacidos en Cataluña o nacidos en otras tierras, y creo que también lo quiere así una mayoría de españoles. El verdadero cariño es querernos tal como somos, no imponer al otro la idea que uno tiene. España es plural. La dictadura no acabó con esa pluralidad y, lo más bonito, eso tampoco ha hecho que quienes vieron negada su identidad se qiueran separar de España. España será más fuerte y más libre si se reconoce como es: plural. Si España reconoce sin reservas sus diversas lenguas y culturas, España será más rica, más libre y más fuerte. No hay que tener miedo a la diversidad.
No se pueden enlazar más falacias y más memeces en menos espacio. El catalán no fue ni mucho menos perseguido con saña durante la dictadura. Cierto que fue eliminado como lengua oficial de la administración, pero su uso fue incluso fomentado en el ámbito privado. Pero lo peor es lo del empobrecimiento de la Humanidad cada vez que se pierde una lengua (como si fuera un mechero). Hay que ser meapilas para mantener todavía en público semejantes chorradas. Y el uso de la lengua... En fin, lo dejaré. Repelús me da.15. daniel - 11:31
P. ¿Por qué un partido como el suyo que se nutre de una gran mayoría de votos de castellanoparlantes, tiene esa actitud tan contraria al uso del castellano en el Parlament y en la TV Pública?
R. En Cataluña hay dos televisiones públicas, TVE, que emite en castellano, y TV3, que emite en catalán. Cataluña es una sociedad bilingüe. Pero es cierto que si una lengua necesita mayor atención es la lengua catalana, perseguida con saña durante la dictadura, y minoritaria por razones demográficas. Cada vez que una lengua se pierde, la humanidad se empobrece. Defender el catalán es defender el patrimonio cultural español y universal. Déjeme que le diga que a nosotros no se nos vota por la lengua que usamos, sino por las políticas y los intereses que defendemos, que son los de la mayoría.
Algo pasa. Si a un lado están Espada, Savater, Azúa, de Carreras y al otro Montilla, Maragall y de Madre y ganan los segundos, algo pasa, no me cabe duda.17. Juan - 11:32
P. Bueno dias. Me gustaría saber qué opinion tiene del nuevo partido político Ciutadans de Catalunya. ¿Cree que obtendrán representación en el Parlament? ¿A qué partido catalán les pueden "quitar" más votos? Gracias
R. Creo que es un partido que no va a obtener representación parlamentaria. Dicen que surgen contra el nacionalismo, pero pueden acabar beneficiando a los partidos nacionalistas.
Eficaz. Y votó el 49%.18. Daniel Llanos - 11:33
P. Perdone mi falta de información, pero aún no conozco su lema para las elecciones, pero en caso de que aún no lo hubieran escogido: ¿Va a ser tan rídiculo y antidemocrático como los del referéndum por el estatuto catalán?
R. Espero que nuestra campaña sea, al menos, tan eficaz como las anteriores.
¡¡No responde!! Tenía la gran ocasión de demostrar que no es nacionalista, condenando una medida auténticamente filofascista y se calla. Y dice que no se acostumbra al odio que está detrás de no sé qué gritos, pero sí está perfectamente acostumbrada al odio que se esconde detrás de las leyes que ellos han redactado y aplican religiosamente (nunca mejor dicho), como si fueran auténticos bárbaros talibanes.23. Español-Catálán - 11:39
P. Para mantenerse en el poder ¿sirve cualquier cosa? ¿Renunciar a sus orígenes? ¿A su lengua materna? ¿Por qué desde el PSC se permite la sanción a la rotulación en castellano?
R. Espero que no lo diga usted por mí. Yo no he renunciado a mis orígenes. A mí me han gritado aquello de "andaluza, vete" en Cataluña y también me han llamado "vendida" en Madrid y en Sevilla. No me acostumbraré nunca al odio que hay detrás de esos gritos.
Se hace la sorprendida. Vuelve a utilizar la obscena confusión entre la defensa de los intereses propios y el nacionalismo. El corolario también es de los que hacen época. Como defienden a la vez los intereses de Cataluña y de España pues son socialistas. Pobrecita.24. Carmelo - 11:42
P. ¿No cree que la progresiva alineación del PSC con principios nacionalistas puede restarle votos entre gran parte de su electorado?
R. No se lo tome usted personalmente, pero veo que muchas preguntas parecen compartir una misma obsesión. Si defender los intereses de la tierra de uno es ser nacionalista, conozco a muchos. se llaman Manuel Fraga, Manolo Chaves, José Bono, Jaume Matas, Francisco Camps,... A quienes gobiernan las Comunidades Autónomas los ciudadanos les pagan para defender sus intereses. Nosotros creemos que es perfectamente compatible defender el interés de Cataluña y el interés de España. Precisamente por esto somos socialistas.
Lo que no crees es que haya sufrido por esa actitud generalizada, hija mía, porque lo que dices es otra cosa. Gravísima, por cierto. Cuando no funciona el cerebro tampoco lo hace la lengua. Es lo que tienen los rótulos, que son estrechos. De nada.31. Joan - 11:54
P. ¿Qué opinión le merece la generalizada agresividad, desprecio y tergiversación que muestran todos los partidos y medios catalanes respecto al recién creado partido Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía?
R. No creo que ese partido merezca actitudes generalizadas como la que usted indica. Más bien creo que se le ha dado una importancia superior a su peso real. Desde luego yo condeno todo acto de intolerancia, como demócrata y también porque mi partido también los sufre. ¡Cuántas veces hemos de cambiar los rótulos de nuestros locales por pintadas hechas por quienes también boicotean los actos de ese partido!
02 octubre 2006
Otra oportunidad perdida
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Creo que toca pedir disculpas a mis amables visitantes por no actualizar el blog durante casi tres semanas, pero lo cierto es que estoy muy ocupado (y lo estaré al menos hasta mediados de enero), y me he alejado de la realidad informativa estatutaria y andaluza. Prometo en cualquier caso seguir acudiendo con más regularidad, que tenemos por ahí el jugoso asunto de la Caja. Cielo santo, ¡habemus Caja!, no me lo puedo que de creer.
13 septiembre 2006
Las habas contadas
09 septiembre 2006
En pelotas
06 septiembre 2006
Adversus posmodernos (y IV): La neolengua
Así que he decidido recurrir a documentación externa (eso cuenta para la subvención: el esfuerzo y el tiempo de buscarla y enlazarla hay que pagarlo): nada menos que dos pedazos de artículos de la admirada caminodeservidumbre (que no sabemos dónde se ha metido, dicho sea de paso), uno dedicado a Orwell y la neolengua, y otro a la nueva versión de la neolengua, la posmoderna. Se trataría de leer detenidamente esos dos enlaces y luego aplicar lo leído a estas no-palabras-no-frases contenidas en el Capítulo II del Estatuto. Los posmodernos enseñando la patita (y perdón por las posibles reiteraciones, es que eso también cuenta para la subvención):
- Violencia de género (art.16).
- Modalidades de famiulia (art.17).
- Envejecimiento activo (art.19).
- Muerte digna (art.20).
- Diversidad cultural en todos los ámbitos de la vida política y social (art.21.8).
- Derecho a una renta básica... y a recibirla... de los poderes públicos (art.23).
- Derecho constitucional a una vivienda digna, etc., etc. (art.25).
- Derecho al ocio (art.26).
- Derecho a vivir en un medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable (art.28).
- Igualdad en el acceso a la cultura... derecho al desarrollo de las capaciades creativas colectivas (art.33).
- Derecho a acceder y usar las nuevas tecnologías (art.34).
- Identidad de género (art.35).
- Los deberes: blablabla (art.36).
- Y el inenarrable Capítulo III: Principios rectores de las políticas públicas.
Artículo 37. Políticas públicas
1.
.................... "La lucha contra el sexismo, la xenofobia, la homofobia y el belicismo(!!!)" (37.2)
.................... "El envejecimiento activo" (otra vez; 37.3)
.................... Uso de la lengua española de signos, etc., etc. (37.6)
.................... Atención social, integración, digna calidad de vida, etc., etc. (37.3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, etc., etc. pim pam pum, incontables veces: decirlo es gratis).
.................... La plena equiparación laboral y la conciliación entre vida familiar y laboral (37.11: ídem., gratis).
.................... "El impulso de la concertación" (37.12)
.................... "El fomento de la capacidad emprendedora, la investigación y la innovación" (37.13)
.................... "El libre acceso de todos a la cultura y el respeto a la diversidad cultural" (37.16)
.................... "La conservación y puesta en valor del patrimonio cultural, histórico y artístico de Andalucía, especialmente del flamenco" (37.17; ¿y por qué no de la polifonía o de la viola da gamba, que son más antiguas y tan andaluzas como el flamenco?).
.................... "El consumo responsable, solidario, sostenible y blablabla" (37.18)
.................... "El respeto del medio ambiente, incluyendo el paisaje... garantizando la calidad del agua y del aire" (37.19; ¿dónde puedo reclamar?).
.................... Energías renovables (37.20; ya habían tardado).
.................... "El uso racional del suelo... promoviendo el acceso de los colectivos necesitados y bla" (37.21).
.................... "La convivencia social, cultural y religiosa de todas las personas en Andalucía y el respeto a la diversidad cultural [again], de creencias y convicciones, fomentando las relaciones interculturales con pleno respeto a los valores y principios constitucionales" (37.22).
.................... "La atención de las víctimas de delitos, especialmente los derivados de actos terroristas" (37.22 bis [sic]).
.................... "La atención y protección civil ante situaciones de emergencia, catástrofe o calamidad pública" (37.22 ter [sic]).
2.
"Los anteriores principios..." y la retahíla acostumbrada: desigualdad, discriminación, grupos, marginación, exclusión, gratuidad, desfavorables...
Ejercicio final, de evaluación continua (por supuesto): Comentar las conclusiones con un compañero (puede hacerse con los apuntes y el libro delante, no se me vayan a tramautizar).
(No cabe duda. Con esta sí que me he ganado la subvención.)