25 mayo 2006

Preámbulo (I): Prefacio

Sólo con el Preámbulo tendremos para semanas.

Arcadi Espada ya glosó uno de sus párrafos más memorables y, a partir de Espada, Sánchez Ferlosio nos dejó una de esas pequeñas obras maestras que se le caen de la pluma de vez en cuando. Ayer, Antonio Burgos se reía a su manera y José Antonio Gómez Marín, en La gramática ultrajada (don José Antonio, tiene usted que mejorar el blog, que puedan enlazarse las entradas), animaba también a echarle un vistazo. ¿Cómo es posible que no haya en toda Andalucía alguien que pueda pergeñar cuatro folios seguidos medianamente bien escritos?, se lamenta JAGM. Sí, los hay, don José Antonio, pero no son políticos. A los que saben escribir, jamás los dejarán acercarse a las prensas desde las que se elaboran los boletines oficiales. Algún premio, la dirección de una Fundación, un despachito con vistas al Guadalquivir, ágapes y legaciones diplomáticas, eso sí, pero mancharse los dedos con la tinta fresca de la imprenta, jamás. Los políticos no pueden consentir que la claridad de un discurso fluido y bien articulado les arruine el reino de fantasía en el que han asentado a sus choferes y a sus asistentas ecuatorianas. Correrían el riesgo de ser entendidos. Y eso no puede ser. Hay que comprenderlo. Se trata de manejar el eslogan adecuado en el momento adecuado. Que parezca que sí, pero como si no, un tira y afloja, una afirmación con apariencia de negación y su viceversa, un ahora se lo cuento y mientras vaya usted cobrando el subsidio. La NADA.

Pero hay que leerlo. Hay que leer el Preámbulo. Así que empezamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que te has saltado el análisis del título, ya que el proyecto de reforma del estatuto de autonomía de andalucía, ni es reforma (es un estatuto nuevo), ni de autonomía (somos realidad nacional), ni se limita a andalucía (asumimos competencias en nombramientos estatales).

Un abrazo, este blog es nesezario, aunque soy pesimista.