16 noviembre 2006

A golpe de lima (8)

En fin...

Antes

Andalucía ha sido la única Comunidad que ha tenido una fuente de legitimidad expresada en las urnas mediante referéndum, lo que le otorga una identidad propia y una posición incontestable en el seno de la configuración territorial del Estado. Así, la Constitución Española, en su artículo 2º, reconoce la realidad nacional de Andalucía como una nacionalidad.
Ahora

Andalucía ha sido la única Comunidad que ha tenido una fuente de legitimidad específica en su vía de acceso a la autonomía, expresada en las urnas mediante referéndum, lo que le otorga una identidad propia y una posición incontestable en la configuración territorial del Estado. El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna. En 1978, los andaluces dieron un amplio respaldo al consenso constitucional. Hoy, la Constitución, en su artículo 2, reconoce a Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de la Nación española.
Por acá y por acullá ya he dicho todo lo que tenía que decir al respecto. Acaso añadir sólo la vergüenza y el bochorno que me ha provocado una vez más el volver a leer esta patada a la lógica, el buen gusto, la sintaxis, la semántica y la inteligencia. ¡¡¡La ley!!! Esto es la ley. Todo lo que sube baja: debe de ser esa ley.

15 noviembre 2006

Un artículo de Roberto L. Blanco Valdés

¿Y los demás? Los demás, "comendo as patacas"

Si el Tribunal Constitucional no lo remedia, el Estatuto catalán -y el andaluz, que es su primer clon, pese a los bochornosos disimulos del Partido Popular- contendrá una previsión que, de puro disparatada, es pintoresca. Las disposiciones en cuestión obligan al Estado a destinar a Cataluña y a Andalucía un porcentaje de sus inversiones anuales en infraestructuras tomando como base para el cálculo del gasto los criterios que las nuevas normas estatutarias de esas comunidades determinan. ¡Formidable!

Sí, sí, no lo duden: que un Estatuto fije cómo debe repartir el Estado sus presupuestos, que son la primera manifestación de su potestad legislativa, es una cosa formidable que no se ha visto nunca en ningún Estado del planeta: ni autonómico, ni federal, ni marciano, ni lunático.

Resulta así que los mismos Estatutos que reducen al Estado a una posición casi marginal en sus respectivos territorios le fijan lo que debe hacer con el dinero que todos le entregamos cada año para que lo gaste según decidan nuestros representantes en las Cortes Generales. Para decirlo pronto y muy claro: Cataluña y Andalucía blindan su derecho a meter el cucharón en la tartera que es de todos, pero lo tienen preparado al mismo tiempo para darle con él en la cabeza al propio Estado si éste se atreviera a inmiscuirse en sus asuntos.

Es un poco como en el chiste del explorador al que los nativos tienen metido en el puchero para darle sustancia al sopicaldo. No contento con el festín, uno de los danzantes le arrea de vez en cuando un testarazo. Cuando el nativo más bueniño se queja del maltrato, el agresor contesta sin rebozo: "É que está comendo as patacas". (Ya se sabe que en los chistes los nativos se expresan en gallego casi siempre).

Hablando en serio: la cosa no guarda proporción. De hecho, lo raro es que las Cortes hayan aceptado tan contentas esa exigencia arbitraria e impresentable, y que nadie haya dicho en ellas lo que dijo en su día en el Parlamento de Westminster un diputado inglés del distrito de West Lothiam cuando se planteó la autonomía para Escocia: si era razonable que Escocia siguiera decidiendo en todos los asuntos del Reino Unido mientras aquél debería abstenerse de decidir en los de Escocia.

Las previsiones de los Estatutos andaluz y catalán son tan inasumibles para la soberanía del Estado que ahora el ministro Solbes ha informado de que no se tolerarán a ningún otro territorio, lo que añade el agravio comparativo al agravio puro y duro. Es esa, desde luego, una forma bien curiosa de tratar de resolver las diferencias autonómicas: convertirlas, por arte de birli (de birlar) birloque, en privilegios.

(La Voz de Galicia, 15 de noviembre de 2006)

13 noviembre 2006

A golpe de lima (7)

Seguimos:

Antes
Esta vocación de las Juntas Liberalistas lideradas por Blas Infante por la consecución del autogobierno, por alcanzar una Andalucía libre y solidaria en el marco de la unidad de los pueblos de España, por reivindicar el derecho a la autonomía y la posibilidad de decidir su futuro, emergió años más tarde con más fuerza y respaldo popular.
Las manifestaciones multitudinarias del 4 de diciembre de 1977 y el referéndum de 28 de febrero de 1980 expresaron la voluntad del pueblo andaluz de situarse en la vanguardia de las aspiraciones de autogobierno de máximo nivel en el conjunto de los pueblos de España. Desde Andalucía se dio un ejemplo extraordinario de unidad a la hora de expresar una voluntad inequívoca por la autonomía plena frente a los que no aceptaban que fuéramos una nacionalidad en el mismo plano que las que se acogían al artículo 151 de la Constitución.
Ahora
Esta vocación de las Juntas Liberalistas lideradas por Blas Infante por la consecución del autogobierno, por alcanzar una Andalucía libre y solidaria en el marco de la unidad de los pueblos de España, por reivindicar el derecho a la autonomía y la posibilidad de decidir su futuro, emergió años más tarde con más fuerza y respaldo popular.
Las manifestaciones multitudinarias del 4 de diciembre de 1977 y el referéndum de 28 de febrero de 1980 expresaron la voluntad del pueblo andaluz de situarse en la vanguardia de las aspiraciones de autogobierno de máximo nivel en el conjunto de los pueblos de España. Desde Andalucía se dio un ejemplo extraordinario de unidad a la hora de expresar una voluntad inequívoca por la autonomía plena frente a los que no aceptaban que fuéramos una nacionalidad en el mismo plano que las que se acogían al artículo 151 de la Constitución.
Ay y ay.

11 noviembre 2006

La realidad según Bunge

Imprescindible hoy Arcadi para entender por qué tantos ciudadanos alejados del idealismo ideológico (llámese religión o nación) nos sentimos huérfanos en el actual régimen político español. El abandono que los partidos de izquierda han hecho de lo real para sustituirlo por la jerga y las monsergas posmodernas es una de las grandes catástrofes de nuestro tiempo. De sus consecuencias aún sólo conocemos el principio. ¿Será capaz Ciudadanos de ocupar efectivamente el espacio de nuestra orfandad?

10 noviembre 2006

A golpe de lima (6)

Hay que reconocer que Arenas tenía razón. Tras su paso por el Congreso, el Preámbulo ha quedado limpio como una patena...

Antes

Ese ideal autonomista hunde sus raíces en nuestra historia contemporánea. El primer texto que plasma la voluntad política de que Andalucía se constituya como entidad política con capacidad de autogobierno es la Constitución Federal Andaluza, redactada en Antequera en 1883. En la Asamblea de Ronda de 1918 fueron aprobados la bandera y el escudo andaluces.
Durante la II República el movimiento autonomista cobra un nuevo impulso. En 1933 las Juntas Liberalistas de Andalucía aprueban el himno andaluz, se forma en Sevilla la Pro-Junta Regional Andaluza y se proyecta un Estatuto. Tres años más tarde, la Guerra Civil rompe el camino de la autonomía al imposibilitar la tramitación parlamentaria de un Estatuto ya en ciernes.

Ahora

Ese ideal autonomista hunde sus raíces en nuestra historia contemporánea. El primer texto que plasma la voluntad política de que Andalucía se constituya como entidad política con capacidad de autogobierno es la Constitución Federal Andaluza, redactada en Antequera en 1883. En la Asamblea de Ronda de 1918 fueron aprobados la bandera y el escudo andaluces.
Durante la II República el movimiento autonomista cobra un nuevo impulso. En 1933 las Juntas Liberalistas de Andalucía aprueban el himno andaluz, se forma en Sevilla la Pro-Junta Regional Andaluza y se proyecta un Estatuto. Tres años más tarde, la Guerra Civil rompe el camino de la autonomía al imposibilitar la tramitación parlamentaria de un Estatuto ya en ciernes.
Ufff...

09 noviembre 2006

A golpe de lima (5)

...

Antes

El ingente esfuerzo y sacrificio de innumerables generaciones de andaluces y andaluzas a lo largo de los tiempos se ha visto recompensado en la reciente etapa democrática, que es cuando Andalucía expresa con más firmeza su identidad como pueblo a través de la lucha por la autonomía plena. En los últimos 25 años, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia y se ha acercado al ideal de Andalucía libre y solidaria por la que luchara incansablemente Blas Infante, a quien el parlamento de Andalucía en un acto de justicia histórica reconoce como Padre de la Patria Andaluza en abril de 1985.
Ahora

El ingente esfuerzo y sacrificio de innumerables generaciones de andaluces y andaluzas a lo largo de los tiempos se ha visto recompensado en la reciente etapa democrática, que es cuando Andalucía expresa con más firmeza su identidad como pueblo a través de la lucha por la autonomía plena. En los últimos 25 años, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia y se ha acercado al ideal de Andalucía libre y solidaria por la que luchara incansablemente Blas Infante, a quien el parlamento de Andalucía en un acto de justicia histórica reconoce como Padre de la Patria Andaluza en abril de 1983.
¡Joder, los leones han descubierto que fue dos años antes, dónde iremos a parar!

...

A golpe de lima (4)

Seguimos mirándonos los cambios del Estatuto:

Antes
Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales. El pueblo andaluz es heredero, por tanto, de un vasto cimiento de civilización que Andalucía puede y debe aportar a la sociedad contemporánea, sobre la base de los principios irrenunciables de igualdad, democracia y convivencia pacífica y justa.
Ahora
Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales. El pueblo andaluz es heredero, por tanto, de un vasto cimiento de civilización que Andalucía puede y debe aportar a la sociedad contemporánea, sobre la base de los principios irrenunciables de igualdad, democracia y convivencia pacífica y justa.
Pues anda que...

08 noviembre 2006

A golpe de lima (3)

Preguntado hace unos días Javier Arenas en la cadena COPE por la sintaxis del proyecto estatutario, dijo que él no entiende de sintaxis, un desprecio verdaderamente insólito para un político, es decir, para alguien que justifica su figura pública en el convencimiento de que se puede obtener la empatía de los ciudadanos a través de una exposición atractiva del discurso; salvo que se haya llegado ya a tal grado de perversión de las formas que un político pueda obtener réditos de la consciente depauperación del lenguaje, de la que el Estatuto supone, desde luego, un ejemplo impagable. Veámoslo si no armados con la lima:

Antes
Esta síntesis perfila una personalidad andaluza construida sobre valores universales, nunca excluyentes. Y es que Andalucía se asienta en un territorio que, vertebrado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano. Un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre norte y sur, entre los arcos mediterráneo y atlántico, y donde se ha configurado como hecho diferencial un sistema urbano medido en clave humana.
Ahora
Esta síntesis perfila una personalidad andaluza construida sobre valores universales, nunca excluyentes. Y es que Andalucía, asentada en el sur de la península ibérica, es un territorio de gran diversidad paisajística, con importantes cadenas montañosas y con gran parte de su territorio articulado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, que abierta al Mediterráneo y al Atlántico por una dilatada fachada marítima, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano. Un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre norte y sur, entre los arcos mediterráneo y atlántico, y donde se ha configurado como hecho diferencial un sistema urbano medido en clave humana.
Lagarto lagarto, que aquí hay sustancia. El primer cambio detectado en el preámbulo es un monumento a la incompetencia y la estulticia. Fíjense en lo que consideran importante los señores diputados y las señoras diputadas. En la Macarena se había descrito Andalucía como una porción de tierra vertebrada por un río. En Madrid se aclara que en realidad se trata de una porción de tierra con "importantes (¡importantes!, no había un adjetivo más neutro (bueno, sí, podrían haber escrito "interesantes")) cadenas montañosas" y que, en parte (esto es vital para entender la mentalidad con que se ha construido la realidad nacional), se articula alrededor de un río. Auténticamente para partirse de risa, porque si el fondo de la cuestión no fuera hilarante ya de por sí, su redacción es sencillamente cómica:
Y es que Andalucía, asentada en el sur de la península ibérica, es un territorio de gran diversidad paisajística, con importantes cadenas montañosas y con gran parte de su territorio articulado en torno y a lo largo del río Guadalquivir, que abierta al Mediterráneo y al Atlántico por una dilatada fachada marítima, constituye un nexo de unión entre Europa y el continente africano.
No sólo causa bochorno ajeno el uso de fórmulas escolares (casi parvularias) del tipo "asentada en el sur de la península ibérica" (¡ah!), "de gran diversidad paisajistica" (ya, ya) o "con importantes cadenas montañosas" (vaya, vaya), sino que resulta impresentable la secuencia sintáctica. Así que Andalucía "es un territorio [...] con gran parte de su territorio articulado...". Genial. O esto: "Y es que Andalucía [...] que abierta al...". Pero por Dios bendito, me quiero morir. ¿Cuál es el antecedente del segundo "que"? Ya han dicho que Andalucía es un territorio. Pero si "territorio" es el antecedente, lo que le corresponde es "abierto" y no "abierta". El corrector de preámbulos, deseoso sin duda de ganarse una palmadita de reconocimiento en la espalda, establece la concordancia no en función de las reglas de la gramática, sino de la metáfora: es Andalucía la que compila, ¿no? Pues Andalucía debe figurar como el gran sintagma, siempre presente, nunca excluyente. Lo llaman Consenso, pero deberían decir Concordato.

07 noviembre 2006

A golpe de lima (2)

Seguimos estudiando los cambios del Estatuto que anunciaba Arenas:

Antes
Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo.
Ahora
Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo.
Estupendo.

A golpe de lima (1)

Dice Javier Arenas que han limado el Estatuto para hacerlo perfectamente constitucional. A mí me hubiera gustado que lo hubieran limado para hacerlo racional y justo. Pero no prejuzguemos. Veamos:

Antes
Andalucía, a lo largo de su historia, ha forjado una robusta y sólida identidad que le confiere un carácter singular como pueblo, asentado desde épocas milenarias en un ámbito geográfico diferenciado, espacio de encuentro y de diálogo entre civilizaciones diversas. Nuestro valioso patrimonio social y cultural es parte esencial de España, en la que andaluces y andaluzas nos reconocemos, compartiendo un mismo proyecto basado en los valores de justicia, libertad y seguridad, consagrados en la Constitución de 1978, baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de España.

Ahora

Andalucía, a lo largo de su historia, ha forjado una robusta y sólida identidad que le confiere un carácter singular como pueblo, asentado desde épocas milenarias en un ámbito geográfico diferenciado, espacio de encuentro y de diálogo entre civilizaciones diversas. Nuestro valioso patrimonio social y cultural es parte esencial de España, en la que andaluces y andaluzas nos reconocemos, compartiendo un mismo proyecto basado en los valores de justicia, libertad y seguridad, consagrados en la Constitución de 1978, baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de España.

Pues vale.

02 noviembre 2006

Insumisión

Se aprovechan de los malentendidos que ellos mismos provocan. Y uno de los más flagrantes es éste: cuando yo digo que es indecente que un sistema político se defina como andalucista no quiero decir que el sistema prohíba el sentimiento andalucista (yo mismo podría tener ese sentimiento) o se declare antiandalucista, lo que digo es que el sistema tiene que ser neutro en materia ideológica. Que es indecente, inmoral e ilegítimo que un sistema democrático ponga el punto de partida de la participación política y social de los ciudadanos en una construcción sentimental e ideológica. Igual que nadie permitiría ya que la democracia española se definiera como católica, nadie debería consentir que las instituciones de una comunidad se asentasen firmemente sobre las patas de los mitos nacionalistas y de los sentimientos particulares. Yo soy ateo, pero jamás aceptaría que un Estado que se dice democrático se definiese como tal. Uno de los elementos básicos que separa a las democracias de los regímenes totalitarios es justamente ese: su neutralidad en materia sentimental e ideológica. Afirmamos el Estado laico, y cuando decimos 'laico' lo decimos en toda la extensión de la palabra. Yo no acepto vivir en un régimen andalucista. Y por eso, desde aquí, me declaro insumiso al andalucismo oficial. Ya lo era, pero ahora hago declaración pública de mi insumisión.

Sólo son palabras

Impresionante.