25 agosto 2006

Adversus posmodernos (II): Familia

En ocasiones, no molesta el fondo de la cuestión. Lo que cansa es el énfasis permanente, el engolamiento del posmoderno que necesita mostrar cuán liberada está su mente de los prejuicios de la modernidad burguesa y cómo de progre (que no progresista, que eso es otra cosa, algo más seria) puede llegar a ser.

Artículo 17. Protección de la familia
1. Se garantiza la protección social, jurídica y económica de la familia. La ley regulará el acceso a las ayudas públicas para atender a las situaciones de las diversas modalidades de familia existentes según la legislación civil.
¿Qué necesidad había de introducir el sintagma que marco en negritas? Ninguna. Diversas modalidades de familia, cursilada suprema, ha habido siempre. Siempre. Tres y hasta cuatro generaciones reunidas en una misma casa, personas solas, madres (solteras, viudas) con hijos, hermanos adultos, primos... Sin embargo, el posmoderno no se siente cómodo si no pone su marca, si no deja claro que él es más respetuoso que nadie con todas las opciones de convivencia (otra cursilada, que veremos enseguida), si no deja entrever que en realidad el sintagma es un guiño a las parejas formadas por personas del mismo sexo, una forma de lanzarle un escupitajo en el ojo al PP, por oponerse a que esas uniones sean llamadas legalmente "matrimonio". Una estupidez y una torpeza de los populares, desde luego. A mí me parece perfecto que los hombres se casen con los hombres y las mujeres con las mujeres, si así lo desean, que para una sociedad avanzada el "matrimonio" no debería de ser otra cosa que un contrato civil entre dos... El énfasis innecesario es lo que chirría aquí, pues en esta redacción, escondido tras la habitual aura de tolerancia y progresía que cubre cuanto tocan, sólo se oculta un afán partidista y sectario. "[...] situaciones de las familias" sería más que suficiente, pero entonces no serían ellos, los sacerdotes de la nueva realidad, creada a golpe de sintagmas y decretos.

2. Todas las parejas no casadas tienen el derecho a inscribir en un registro público sus opciones de convivencia. Las parejas no casadas inscritas en el registro gozarán de los mismos derechos que las parejas casadas, en el ámbito de competencias de la Comunidad autónoma.
Esto es algo que no entenderé nunca. Tienen los "mismos derechos", pero no las mismas cargas ni obligaciones (por ejemplo, cuando la relación se rompe). ¿Por qué tienen que existir dos tipos de contrato civil para las parejas, uno con derechos y cargas y otro sólo con derechos? Coño, si quieren inscribir su opción de convivencia en un registro público (a lo que hoy nadie obliga), que se casen.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero obsérvese que el ámbito fiscal (en el que se enmarcan las diferencias más relevantes de trato a los matrimonios) no es de competencia de la CA, con lo cual el articulillo queda bastante vacío de contenido: otro brindis al sol.

Enrique Baltanás dijo...

Quizás el error del PP fuese no haber legislado algun tipo de unión civil para los homosexuales. Llamarlos "matrimomio" es otra forma de la ingenieria social que Vd. denuncia.
Implícitamente dice Vd. que basta con que se desee una cosa para que esa cosa sea posible.
Supongo que la expresión "contra natura" es suficientemente carca y facha como para que la rechacemos sin pensarlo dos veces, ¿no?
Sin embargo, yo no la despacharía tan pronto.
¿O me puedo casar con una perrita o, si quiero, con una elefanta? ¿O con una niña de 10 años? ¿O con tres mujeres y dos hombres?
No vea en mi comentario rastro alguno de "homofobia". Sólo intento pensar claro y distinto, como pretendía Descartes. O dicho en castellano: llamar al pan pan, y al vino vino. No como en el Estatuto que prepara Chaves y tragará el PP.
Distintas modalidades de familia han existido siempre, en efecto. Las que Vd. señala.
Ahora, lo que no puede ser, no puede ser... y además es imposible. Digo yo.

Argantonio dijo...

Ni el deseo ni la palabra crean la cosa, Enrique, pero que se cree una unión civil específica para personas del mismo sexo con las mismas condiciones que el matrimonio pero sin que se llame "matrimonio" me parece un juego innecesario con los conceptos y con los términos. Un matrimonio no es más que un contrato entre dos personas con determinadas condiciones (entre las que no se incluye obligatoriamente la de la procreación) que pueden cumplir tanto dos hombres como dos mujeres o un hombres y una mujer (y, por favor, no me meta a elefantas ni a niñas de 10 años, reducción al absurdo que casi no vale la pena rebatir).

GFO dijo...

Pues mire,argantonio,le doy un dato.
Las Comunidades Islámicas y Musulmanas,han solicitado al Ministerio del Interior,la posibilidad de que la poligamia se admita dentro de las nuevas formas matrimoniales,ya que su no aceptación,supondria de facto la disciminación por motivos religiosos,del "concepto familia" dentro de la religion musulmana.
Por que los despropositos de este gobierno,llevaran a que el matrimonio homosexual,solo sea la punta del iceberg,en el intento demoledor de atacar la familia tradicional,las raices cristianas y el acervo cultural de siglos.
Sera divertido ver a Manolo Ben Biri-Biri,nuevo converso,con sus tres flamantes esposas,de compras en el Corte Inglés.
Y al mormón,claro,que no es cosa de discriminar a ninguna criaturita.

canalsu dijo...

Yo nunca he entendido el empeño de estas nuevas parejas en casarse, sobre todo ahora, con lo que han luchado por eliminar los impedimentos para divorciarse. Será que, como dices, el divorcio no les cuesta un duro y quieren elevar la estadística de divorcios por aquello de que la primera causa de los mismos es el matrimonio.

Tampoco entiendo por qué en el apartado 1 se habla de "familias", y en el 2, de "parejas inscritas en el registro". Qué son, en definitiva, ¿familias o parejas? ¿Cuando yo me casé y antes de que llegaran mis hijos, qué era?

La gente se toma esto con una alegría insensata. El compromiso se ha convertido en un impulso momentáneo. El político lo sabe y por ese motivo da una pensión de viudedad en tiempo record a uno de los primeros homosexuales que se casaron después de la ley, las viudas tradicionales, que esperen como siempre.

¿Qué se puede esperar, Argantonio, cuando un imbécil sobrealimentado tiene que redactar una ley que, ni le va, ni le viene?

Anónimo dijo...

Pero qué paranoia, por el amor de dios, y qué egocentrismo: ¿todo lo que haga cualquiera y que no les guste a los cristianos es un ataque furibundo a las raíces cristianas? ¿no pueden concebir los cristianos que algunas acciones de los que no pertenecemos a su secta son independientes de su doctrina y no necesariamente hostiles?

canalsu dijo...

Lo que yo he entendido es que nos estamos refiriendo a la forma. Sólo a eso y no a sectas, ni a raices o tubérculos de ningún tipo.

Que cada uno haga con su vida lo que le parezca bien y, si le parece bien, que nos deje a los demás decir también lo que pensamos sin la consecuencia inevitable de considerarnos sectarios, cosa que, curiosamente, está de rabiosa actualidad entre muchos caudillos de la tolerancia

Anónimo dijo...

Lo malo es lo de los sermones, lo de mi amigo que se va a la playa de El Puerto, lo siento, Vistahermosa, y cuando vuelve del mar con su niña de tres años se encuentra a dos dándose el filetazo rozando con su toalla la de mi amigo. Molesta igualmente la escena si hubiera sido entre heteros, que dirían ellos. Mi amigo recoge y se muda. En ese momento, sacan sus lenguas de sus bocas opuestas y empiezan a decirle que parece mentira, que qué le molesta, que sabían que la playa esa estaba llena de fascistas. Otro sermoncito sin pedirlo. Qué pesadez, hombre.

Anónimo dijo...

Yo contestaba sólo a gutiforever, que habla, textualmente, de: el intento demoledor de atacar la familia tradicional,las raices cristianas y el acervo cultural de siglos.

A mí no me gustan nada los sermones, y eso quiere decir que no me gusta ninguno; ni los que me daban los jesuitas ni los que me dan los progres.

Enrique Baltanás dijo...

Nos estamos alejando del tema, que era el Estatuto. Si el matrimonio y las parejas ya está reguladas en la Constitución y las leyes, entonces, ¿para qué hace falta que lo vuelva a regular el Estatuto? Podrá haber un matrimonio homosexual, pero ¿un matrimonio andaluz? ¿Tendrán los matrimonios andaluces más derechos -o menos- que los demás? Creo que Ignacio nos da la clave: es un brindis al sol.

GFO dijo...

Para Ignacio:
Negar a estas alturas de partido,que el Gobierno Zapatero ha considerado "casus belli" contra la familia tradicional y el matrimonio,las reformas emprendidas es de una bonhomia impactante.
No solo contra la familia,sino contra la Religión como asignatura;contra los valores que conforman la raiz cristiana de Occidente.
Yo no me opongo a las uniones entre homosexuales;me opongo al esperpento,como cualquier jurista sabe,de una ley con tantas grietas ,que permitira en un futuro la poligamia.
Una Ley tan chapucera(lo de progrenitor "A" y "B" es tremendo....),que ni siquiera ha contemplado los supuestos en que tras una adopción,la pareja se rompa.
¿Quien de los/las dos se quedaria con la custodia?¿A quien imputamos la categoria de "madre",al progenitor "A"o al "B"?, o cuestiones menos prosaicas,pero diletantes para los jueces,como sera determinar quien hace uso y disfrute del hogar conyugal.
Eso solo como aperitivo;como dice Baltanas con tino,queda en suspenso,en un futuro,añadidos "autonomicos" a la Ley,como en el caso catalan y vasco.¿Regularán de forma diferente los procesos de adopcíón,dependiendo de factores como el lugar de nacimiento o la lengua que hablen?.Pues eso.
No es "sermón" sino incertidumbre.