26 agosto 2006

Sobre héroes y vigas

Aproximadamente a las 14:45 del pasado miércoles una viga de 40 metros de longitud y 100 toneladas de peso que se instalaba como sostén de un viaducto para el paso del futuro metro sobre la SE-30, la carretera de circunvalación de Sevilla, cayó sobre un punto de la vía que registra un tráfico de unos 8500 vehículos por hora. La tragedia pudo ser evitada por un grupo de trabajadores que al escuchar un crujido e intuir que el desplome se iba a producir se lanzaron a la carrera para cortar el tráfico en ambos sentidos, pues la viga acabó ocupando en efecto todos los carriles hábiles de la SE-30.

No pienso hacer ni un solo comentario demagógico acerca del accidente. No vivimos en un mundo ideal. Los seres humanos cometemos errores y los accidentes se producen. Nadie está libre de sufrirlos, como causante o como víctima. Así que cuando un accidente ocurre, lo que procede es atender a las víctimas con prontitud y eficacia (en el caso de que haya víctimas, claro está), investigar las causas, tomar las medidas convenientes para hacer más difícil que el hecho vuelva a repetirse y sancionar las posibles negligencias de acuerdo a lo establecido legalmente.

Lo que resulta por completo indignante es la versión oficial ofrecida por Ferrocarriles Andaluces, la empresa pública dependiente de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía responsable de las obras, versión que el inefable Gaspar Zarrías, Consejero de Presidencia y mano derecha del presidente Chaves, confirmaba todavía un día después de ocurrido el suceso. El jueves por la mañana, el departamento de comunicación de Ferrocarriles Andaluces emitía la siguiente nota:
A última hora de la mañana (de ayer) se han observado movimientos de deslizamiento en una de las vigas que han aconsejado el corte preventivo de la circulación en la mencionada SE-30. A las 14.40 se ha procedido a la caída controlada de la viga sobre la calzada (para evitar posibles daños en la estructura) sin que se hayan producido daños en personas o vehículos. Se ha registrado un inicio de deslizamiento de la segunda viga (adyacente a la viga anterior) para la cual también se han tomado las medidas preventivas oportunas.
La flagrante mentira de este comunicado fue confirmada por todos los medios de prensa que tuvieron la posibilidad de hablar con los trabajadores presentes en el momento del desplome de la viga sobre la carretera, que al conocerlo reaccionaron a carcajada limpia, con una mezcla de indignación, resignación y pitorreo. Hoy, los periódicos del Grupo Joly (al menos, Diario de Sevilla y Málaga Hoy, que son a los que he tenido acceso), y no sé si otros diarios locales también, publican en la sección de Cartas al Director y con el título de Héroe anónimo en la SE-30 la que remite un tal Francisco Rodríguez, que confirma contundentemente la versión de los operarios:

El pasado día 23 me dirigía por la SE-30 en dirección a Cádiz. De repente vi a una persona en medio de la carretera intentando detener el tráfico haciendo señales a los que circulábamos. Me llamó poderosamente la atención, aparte de lo aparatoso de sus gestos, el que se estuviese jugando prácticamente la vida delante de los coches.

Varios automóviles lo esquivaron como pudieron. Yo pude pararme a dos metros escasos de esta persona, cuando se aseguró que estábamos detenidos los tres carriles saltó la mediana y realizó la misma operación con los coches que venían en dirección contraria, es decir sentido Cádiz-Madrid, arriesgándose de la misma forma.

En principio pensé que podría tratarse de un accidente, pero dos minutos después de que se detuviesen los coches en ambas direcciones, a escasos cinco metros de los tres coches que nos encontrábamos en primera fila, una enorme viga caía sobre la carretera.

Sirvan estas líneas para destacar la heroicidad de ese, hasta ahora, anónimo trabajador que se jugó la vida para detener el tráfico y evitó, con toda seguridad, una catástrofe de incalculable dimensión. Mi sincero agradecimiento.

Rogaría a las empresas que integran la UTE que dieran públicamente el nombre de este operario al que le deben la vida un considerable número de personas.

Por otra parte, impresentable la nota de Obras Públicas mencionada en su periódico con lo de "…que han aconsejado el corte preventivo de la circulación…" y " …la caída controlada…". Hay que tener la cara más dura que el hormigón de la viga que se cayó. Que se lo cuenten al que paró el tráfico y a los que estábamos allí. Francisco Rodríguez (Córdoba)

El descaro y la desvergüenza de los dirigentes políticos andaluces no termina ahí, sino que también han querido cargarle el mochuelo del comunicado a las empresas concesionarias de las obras (Dragados, Sacyr y Gea 21), que admiten obviamente un fallo en la colocación de la viga, pero niegan que su caída fuera controlada y rechazan haber ofrecido semejante patraña como explicación.

Desconozco a quién le tocará pagar el pato de este desaguisado, aunque sospecho que no será a Zarrías. Ojalá se cumpla el deseo que Carlos Colón expresa en su columna de hoy en Diario de Sevilla y se produzca en breve la "caída electoral controlada de esta tropa".

Porque Andalucía se merece un gobierno que no le mienta.

2 comentarios:

canalsu dijo...

El domingo, en la feria de mi pueblo, me encontré con un amigo. También fue testigo del desplome. Me lo contó y aún tenía el miedo en el cuerpo.

Miedo es lo que no tiene un miserable como Zarrías al que ya ni le importa el sentido de sus explicaciones. Lo mismo podía haber dicho que Superman voló demasiado bajo para agarrar unos cuantos caracoles y rozó el puente con su flequillo. El de Superman, claro.

Anónimo dijo...

Lo que me averguenza es que haya periodistas que redacten esas notas