10 junio 2006

Preámbulo (y XIV): La autoestima

El grado de desarrollo económico, social y cultural de Andalucía ha sido posible gracias al Estatuto de Autonomía. Un texto que ha favorecido la convivencia armónica, el desarrollo político, social y económico de esta tierra y la recuperación de la autoestima de un pueblo que hoy tiene voz propia en el Estado de las Autonomías, tal y como establece la Constitución Española de 1978.

Se trata, en definitiva, de conseguir un Estatuto para el siglo XXI, un instrumento jurídico que impulse el bienestar, la igualdad y la justicia social, dentro del marco de cohesión y solidaridad que establece la Constitución.

Por ello, y como expresión de voluntad colectiva representada políticamente a través del Parlamento, el pueblo andaluz ratifica el presente Estatuto de Autonomía de Andalucía, como renovación del compromiso manifestado el 28-F de 1980.

Sobrados de autoestima. No cabe duda. Los políticos que han parido y ratificado esta patada a la lógica, a la historia y a la gramática van sobrados de autoestima. Dicen que el desarrollo andaluz se ha conseguido "gracias" al Estatuto del 81. O a pesar de él. Que ese es el problema que tiene esta concepción ahistórica de la Historia. Si los hechos del pasado los colocamos desde el presente en el orden jerárquico y lógico que más nos interesa, lo mismo puede hacerse en un sentido que en otro. Todo depende del observador. Para ellos el observador es Andalucía, ese ente sobrenatural que compila, ordena, se organiza, hace aportaciones y contempla cómo pasa la Historia por delante de sus reales. En esas condiciones, a los que leemos el catecismo sólo se nos pide fe. Pero bien podría ser que un ateo o un hereje actuaran de observadores. Entonces la perspectiva cambia: el atraso andaluz se debe a la nefasta gestión de unos políticos más interesados por perpetuarse en el poder que por resolver los problemas reales de los andaluces. Por ejemplo. Y echarlos a pelear. Urnas de por medio. A ver qué pasaba.

Pero antes, el articulado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si tiene usted paciencia para meterle mano al articulado, inicio la suscripción para hacerle un monumento.